El asunto ha pasado desapercibido, pero es una realidad: días atrás, la Justicia tumbó el despido de Tacho de la Calle por parte de Telemadrid, dejando en cueros, una vez más, la gestión del canal por parte de José Pablo López y sus chicos de confianza, todos ellos conocidos en el ente público como “la banda de Ciudadanos”.
Los orígenes de este conflicto se remontan a más de seis meses atrás, cuando De la Calle colaboró en la organización del debate electoral de la Academia de Televisión. Su participación fue el motivo esgrimido por la dirección del ente público madrileño al considerar que participaba en un fraude a la Seguridad Social por trabajar mientras se encontraba de baja por depresión.
De la Calle, con casi cinco décadas de trabajo a su espalda en el oficio y que, entre otras, fue responsable de haber conseguido unas impactantes imágenes del bombardeo a una columna egipcia durante la guerra del Yom Kippur (1973), alegó que su colaboración era desinteresada, sin retribución, y una forma de superar la depresión por la pérdida de su pareja.
Los miramientos que, según fuentes de Telemadrid, hubieran podido esperar para otros, no se dieron en su caso y fue despedido. Pero no se contaba con que el asunto iría a los tribunales y allí se perdería. Fuentes de la Corporación insisten en señalar que fue una “cabezonería” de altas instancias, las mismas que ahora se empecinan en difundir que van a recurrir la sentencia.
La cuestión es que, según narran esas mismas fuentes, lo de Tacho de la Calle es un síntoma más del aislamiento que demuestran López y sus escuderos (Jon Ariztimuño, Daniel Forcada), tan sólo apoyados en el Gobierno madrileño por Ignacio Aguado. Otra historia que merece la pena relatar en otro momento.
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