La Casa Fuerte de Telecinco se ha convertido en el programa destapador de prostitutas. La audiencia no fue la esperada y la cadena de Paolo Vasile no ha desaprovechado la ocasión para explotar la carnaza. Que toca prostitución a costa de una participante del programa para subir la audiencia, prostitución. Y a ello se han dedicado varios programas de la cadena con tal de rellenar la parrilla, que ya se sabe que cuando el italiano encuentra un filón, no escatima esfuerzos y pone a todos a trabajar con ahínco para estirar el lumpen.
La historia de Fani, una de las participantes de La Casa Fuerte, sea o no cierta, ya ha servido para que los de Mediaset babeen. Todos los programas al unísono (rompan filas, que es lo que más desagrada a Jorge Javier el revoltosillo) desnudando el pasado de la concursante, mandando a reporteros a los prostíbulos, recogiendo testimonios de aquellas que pueden verse en apuros sin quererlo (allá cada uno con su vida privada), arrastrando minuciosamente por el fango la vida de sus propios contratados hasta encontrar cualquier resquicio que les permita aumentar la audiencia.
Resulta cuanto menos sorprendente que la cadena de los rojos y maricones, que diría la estrella de Mediaset, que la televisión de los progres de lujo, que la programación que se precia de ser de entretenimiento, hurgue hasta los tuétanos en la vida privada de aquellos que contrata para participar en su circo. En efecto, el entretenimiento lo hacen, pero con la vida de personas, generalmente humildes, que se convierten en víctimas de una ambición sin escrúpulos por ganar en el share o lo que es lo mismo, seguir cotizando en Bolsa. Y eso va en contra de los principios de los progres que tanto afean lo que denominan “neoliberalismo” o “capitalismo salvaje” que es lo mismo que decir “no vaya a venir ahora Belén Esteban a robarnos la cartera, con lo bien que vivimos siendo progres de luxe”.
Según cuentan a prnoticias.com, el último episodio entre Jorge Javier Vázquez y Belén Esteban, estirado hasta decir basta en la parrilla de Vasile, no ha sentado demasiado bien a los italianos, los de verdad, que han tenido que llamar la atención a los directivos de Mediaset porque su estrategia de alargar la polémica política no ha hecho más que crearles problemas de los de verdad, la cotización en Bolsa. La revalorización de las acciones de Mediaset, son inversamente proporcionales al altavoz que la cadena pone en la polémica. Y por ahí, a Vasile no se lo pasan. Vale que hunda a una pobre chica, o a dos, o a tres… vale que la programación sea única y exclusivamente la constante del machaque del reality de turno, pero la amenaza de retirada de la publicidad…Eso son palabras mayores, de las que tocan el bolsillo.
La Cadena ya vivió esta situación con una presunta violación en la casa de Gran Hermano que le costó un pico en retirada de publicidad y en imagen. Ahora, no sólo no intenta remediarlo si no que hace de la prostitución su charca de fango donde pescar audiencia. Su lavado de imagen pasa por los lodos de lo que todos los progres detestan, incluido un programa que ponen los lunes a la hora en la que los casinos y las brujas compiten con mucho mayor éxito y menos chabacanería con la presentadora. Esa es la apuesta de un verano en el que Telecinco parece que nos va a deleitar con consoladores. Pues entre la persecución de la prostitución por los chatets del distrito madrileño de Aravaca, la siesta de los fines de semana con el resumen de las supuestas putas que avalan o no las tesis que la cadena quiere que defiendan, el vibrador cutre del programa de los lunes que no nombraremos, la presentadora añeja, y Jorge Javier dando lecciones de progresismo mientras esto sucede, me resigno a Madrileños por el mundo. Al menos, veo paisajes y cabras mochas en directo, sin red.
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