Este miércoles 8 de julio se celebra el Día Mundial de la Alergia, iniciativa auspiciada por la Organización Mundial de la Alergia (WAO), para concienciar a la población de la importancia de la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades alérgicas.
A nivel mundial se estima que un 20% de la población padece algún tipo de alergia, siendo ésta un problema de salud creciente en nuestra sociedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa la alergia entre las 6 enfermedades más frecuentes y estima que la mitad de la población padecerá algún tipo de trastorno alérgico en 2050.
Este incremento de las enfermedades alérgicas tiene un origen multifactorial en el que participan modificaciones en factores ambientales como son la alimentación, la contaminación e infecciones entre otros, asociadas a condiciones genéticas.
La alergia es una reacción exagerada frente a sustancias habitualmente inofensivas que nuestro organismo reconoce como extrañas. Estas reacciones pueden afectar a diferentes partes de nuestro cuerpo dando lugar a diversos síntomas como por ejemplo picor de ojos, estornudos, tos, pitidos en el pecho, habones, erupciones en la piel, hinchazón de párpados, etc.
Aunque lo más frecuente son las manifestaciones en grado leve o moderado no se pueden perder de vista las manifestaciones más graves, como es la anafilaxia. “La anafilaxia es una reacción alérgica grave, de instauración rápida y potencialmente mortal. La alergia a medicamentos, alimentos y picaduras de abejas y avispas son los principales culpables de estos cuadros”, asegura la doctora Lorena Berna, jefe de Servicio de Alergología del Hospital La Luz.
Según esta especialista, dentro de las enfermedades alérgicas se incluyen el asma, la rinitis-rinoconjuntivitis, la alergia a alimentos, a medicamentos y picaduras de insectos. También la dermatitis atópica, la urticaria-angioedema y la esofagitis eosinofílica, entre otras.
“La rinitis y el asma alérgico son las enfermedades alérgicas más frecuentes, coexistiendo en un mismo paciente en numerosas ocasiones”, asevera la doctora. Se estima que más de 339 millones de personas padecen asma a nivel mundial. “Los alergenos causantes más frecuentes son los pólenes, ácaros de polvo doméstico, epitelios de animales y hongos. El tratamiento con inmunoterapia, que consiste en la administración repetida de dosis controladas de un alérgeno, consigue disminuir los síntomas asociados con la exposición a ese alergeno causante”, afirma la doctora Bernal.
La dermatitis atópica afecta predominantemente a la población infantil, “convirtiéndose en la primera manifestación de la denominada marcha atópica. Su prevalencia disminuye considerablemente en la población adulta”, subraya.
Para esta experta, la alergia a alimentos tiene una prevalencia en adultos en torno a un 2%, mientras que en la población infantil puede aumentar hasta un 7% convirtiéndose en una de las enfermedades crónicas más frecuentes en esta etapa de la vida. La alergia a las proteínas de leche de vaca (APLV), al ser el primer alimento que se introduce en la dieta, se convierte, junto a la dermatitis atópica, en una de las primeras manifestaciones alérgicas en aparecer. Junto con el huevo y el pescado son los alimentos que más frecuentemente producen alergia en este rango de edad.
Es importante saber que un elevado porcentaje de pacientes superan la alergia a leche y huevo con el paso del tiempo de forma espontánea, sin embargo, la alergia a frutos secos, pescados y mariscos se convierte habitualmente en persistente. “En el caso de los adultos los alimentos más frecuentemente implicados son las frutas, frutos secos, mariscos, pescados y legumbres”, puntualiza la doctora Lorena Bernal.
En los últimos años se han producido importantes avances en el tratamiento de las enfermedades alérgicas. La introducción de medicamentos biológicos, así como las desensibilizaciones se postulan como opciones prometedoras para el tratamiento de estas enfermedades. Según la doctora Bernal, las desensibilizaciones, empleadas principalmente en la alergia a alimentos y medicamentos, consisten en administrar dosis crecientes de forma progresiva hasta alcanzar la dosis adecuada del alergeno que permite desde recibir un tratamiento farmacológico al que el paciente es alérgico, ya sea un antibiótico, un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) o ciclos de quimioterapia hasta que niños que no hayan superado su alergia a leche, huevo, incrementen su umbral de tolerancia frente al alimento.
Las enfermedades alérgicas generan un alto impacto en la calidad de vida del paciente y sus familiares. Afecta al ámbito social pudiendo condicionar la elección de opciones de ocio, al ámbito laboral y escolar interfiriendo en el rendimiento o generando absentismo y, por supuesto, afectando al ámbito emocional y físico interfiriendo entre otras, en la calidad del sueño.
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