Los gabinetes estratégicos de los partidos españoles están aprovechando la crisis del Covid-19 para mostrar una imagen diferente de los líderes políticos. La imagen ha ocupado un papel esencial durante estos meses. Ayuso y su particular posado, el gesto reflexivo de Pablo Casado frente a un espejo, el lado más cinetífico del ministro de Ciencia o el lado más rockero del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.
La imagen es una herramienta clave en la comunicación politica. Cercanía, naturalidad, compromiso, seguridad o visibilidad son valores que una simple imagen puede mostrar de un líder político. Los directores de gabinete son conocedores de la falta de credibilidad de los políticos españoles y por ello, confían en la imagen como elemento esencial de la comunicación política.
Los asesores de estos políticos han aprovechado de una manera más o menos acertada esta crisis para impulsar el liderazgo de cada político. Los directores de gabinete de los partidos han buscado crear un impacto en la ciudadanía exponiendo a los políticos en un cuadrante imaginario no contemplado hasta el momento. La sobreexposición de algunos políticos nos ha dejado claro que más es menos, sobre todo en un contexto tan especial como el que vivimos actualmente.
El último en protagonizar una portada de un diario ha sido Fernando Simón. Iván Redondo ha querido mostrar una imagen diferente del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Redondo no ha escogido un escenario acorde a la profesión de Simón, todo lo contrario, subido en una moto y con un aire bastante desenfadado. Con esta imagen, Redondo ha mostrado dos caras de Fernando Simón: sacar el Simón del atril en el que lleva más de tres meses y aprovechar el tirón mediático de Simón para mostrar una cara más amable de la gestión del Gobierno. Con este movimiento, Redondo ha querido reforzar la imagen del Gobierno a través de un personaje que tiene una mejor valoración por parte de la ciudadanía.
La imagen y su alto contenido comunicativo
En esta estrategia mediática, el ministro de Ciencia, Pedro Duque tampoco se libró del espectáculo político al que nos tiene acostumbrados Iván Redondo. En el caso de Duque la imagen también buscaba un impacto real en la sociedad. Redondo ha seleccionado a dos figuras de su Gobierno que tienen una valoración ‘medianamente’ positiva. El factor sorpresa de la imagen acapara el contenido de la entrevista de Simón y Duque. En este caso, las imágenes poseen por sí mismas un alto contenido comunicativo.
Ocurre lo mismo con Isabel Díaz Ayuso y su particular posado. La estrategia de Miguel Ángel Rodríguez para Ayuso es un claro ejemplo de comunicación política emocional. Hay algo que todos tienen en común, quieren ser recordados. Cuando todo pase, la ciudadanía recordará a Díaz Ayuso y su posado mariano y a Fernando Simón montado en una moto. Sin embargo, no siempre se acierta en comunicación. En algunas ocasiones se sobre expone a los lideres y la estrategia no funciona
Por su parte, Pablo Casado se mostraba frente a un espejo de un baño con un gesto serio y reflexivo. La imagen en blanco y negro muestra al líder del PP frente a un espejo con los nudillos apoyados en la encimera del lavabo del baño. A diferencia del resto, Casado solo colgó esta imagen en su cuenta personal de Instagram. Al igual que con Fernando Simón, no siempre se acierta. Si Casado quería mostrar su duelo por las victimas del Covid-19 la escenografía escogida no es quizás la más adecuada para un mensaje de tal envergadura.
En este sentido, con Simón ocurre algo parecido. La estrategia del Gobierno de mostrar a Simón más cercano no ha gustado a todos. El recuerdo de los fallecidos por esta pandemia ha estado muy presente entre las críticas.
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