Las declaraciones del responsable del Centro de Coordinación y Alertas Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, sobre la cuarentena británica a España por el coronavirus ha abierto una vía de agua en el Ministerio que dirige Reyes Maroto.
A pesar de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha preferido mirar hacia otro lado ante la salida de tono de Simón, en la cartera de Industria, Comercio y Turismo han tenido constancia de cómo ha acogido el sector turístico las declaraciones del epidemiólogo. “No se trata sólo de los comunicados y los tuits de ‘pesos pesados’ sino también de las llamadas personales que han recibido altos cargos del Ministerio”, señalan fuentes del sector.
Las palabras de Simón, reconocen fuentes ministeriales, han sido como la voladura del ‘Maine’ en la Cuba de 1898: “En un verano crítico por el coronavirus, la ministra se había ‘trabajado’ a los responsables del turismo españoles y la interlocución iba por buen camino. Hasta que Simón se ha ido de la lengua”.
Y es que Maroto y su equipo estaban mostrando en todo momento una voluntad conciliadora y comprensiva con el sector turístico español, bastante inquieto por las circunstancias excepcionales de este verano.
Así, días atrás la ministra, junto al nuevo secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, y el nuevo director general de TurisEspaña, Miguel Sanz, había acudido a un acto convocado por la Mesa de Turismo, con un gran significado simbólico: apoyar la primera reunión presencial de dicha organización tras la pandemia. Un gesto profundo y que mostraba la disposición del Ministerio a escuchar las necesidades sectoriales de la mano de Juan Molas, presidente de la Mesa.
Sin embargo, la labor ha saltado por los aires gracias a las declaraciones de Simón. Diversas fuentes coinciden en señalar que habrá posibilidad de recomponer puentes, pero, que para eso, habrá que dejar que se templen los ánimos, muy caldeados a causa de las declaraciones extemporáneas de Simón.
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