Desde siempre, la limpieza de las manos ha sido fundamental para la prevención y el control de infecciones, algo que toda la población conocía pero que, en tiempos de Covid-19, se ha vuelto imprescindible. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la higiene de manos como la medida de prevención más importante para evitar la propagación de la Covid-19. Ahora, surge la necesidad de realizar una limpieza más frecuente e intensa que, combinada con geles hidroalcóholicos, puede llegar a producir irritaciones en la piel de las manos.
Dermatitis irritativa: presenta sequedad e inflamación, llegando a producir prurito y dolor, en algunas ocasiones, debido a la aparición de grietas o pequeñas heridas.
Dermatitis alérgica de contacto: se trata de un cuadro menos frecuente y su aparición suele ser provocada por alergia a alguno de los productos utilizados.
Juani Espinosa, coordinadora de Enfermería y dirección Médica de Umivale, recomienda el uso preferible de agua y jabón al gel hidroalcóholico, sin olvidarnos de seguir unas pautas mínimas: Como ya ha recomendado la OMS en múltiples ocasiones, el lavado debe durar entre 40 y 60 segundos (nunca menos de 30). Siempre debemos utilizar jabón, ya que la membrana celular que forma la capa exterior de muchos organismos (entre ellos los virus) está formada por una doble capa de lípidos; esto los hace impermeables al agua y, para romper esa barrera, necesitamos jabón que disuelva la grasa de la membrana y desactive los gérmenes. Por último, si utilizamos gel hidroalcóholico debe contener, como mínimo, un 60% de etanol para garantizar la inactivación de los gérmenes.
Ahora es más importante que nunca proteger la piel ante posibles patologías y no olvidarnos de que tiene múltiples funciones. Es la primera protección del organismo e impide el paso de gérmenes al interior; actúa como barrera frente a traumatismos, radiaciones o tóxicos; mantiene el equilibrio de fluidos y es responsable de la regulación de nuestra temperatura corporal. Además, a través de la piel nos relacionamos con nuestro entorno y exteriorizamos emociones: nos sonrojamos, palidecemos o se nos eriza el pelo…
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