Un complejo operativo diseñado entre Zarzuela y Moncloa ha acompañado la salida de Juan Carlos I y la estrategia de comunicación desde que éste aceptó su destino, que, no era otro que salir de España para preservar la Corona y proteger a Felipe VI de sus escándalos personales y financieros.
El Rey Emérito abandonó el Palacio de la Zarzuela horas antes de la emisión del comunicado que confirmaba su decisión. Para cuando se hizo público, Juan Carlos I ya estaba camino a un destino desconocido que algunos medios sitúan en Estoril con destino a República Dominicana y otros también en Italia y Francia. En todos ellos tiene amigos y familiares que le ayudarán en estos delicados momentos.
Fue precisamente la circunstancia de su estancia ya en el extranjero la que hizo que la Casa del Rey emitiera otra comunicación en la que el abogado del Emérito aclaraba la disposición de éste, ante la Justicia española. Aunque pasó desapercibido por la explosión de la noticia, la aclaración no era menor. Quería remarcar que el traslado del padre del Rey no era una huida y que, por tanto, volvería a su país siempre que las autoridades judiciales así se lo pidieran.
Semanas antes, el operativo para diseñar el exilio del Emérito ya estaba en marcha. Como ocurriera con la abdicación, Zarzuela y Moncloa estudiaron milimétricamente la estrategia, de manera que los daños fueran minimizados. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declaraba en las últimas semanas su apoyo a Felipe VI con la intención de no echar leña al fuego de los republicanos que ven la ocasión para desgastar aún más a la Corona y, además, dejaba caer que el Rey tomaría medidas respecto a su padre.
Las manifestaciones del jefe del Ejecutivo se producían mientras sus hombres de confianza, Iván Redondo y Félix Bolaños seguían al mando del operativo por parte del Gobierno junto con el jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, que es la persona más cercana al Jefe del Estado. Durante semanas han planteado todos los escenarios posibles para solventar una situación que ha erosionado como nunca las entrañas de la Monarquía. El último escenario, la salida de Juan Carlos I del territorio español era la más efectiva. No había otra solución y ésta debía ejecutarse antes de que los Reyes se trasladaran a Marivent, donde tiene lugar el tradicional despacho oficial del verano con el presidente del Gobierno.
Apartar del foco a Felipe VI cuanto antes era el objetivo y no podía esperar más, máxime cuando el caldo de cultivo de los partidos republicanos y radicales estaba ya en ebullición y podía reventar en otoño, una vez reanudada la actividad parlamentaria y la delicada situación económico social que se prevé en España. No hay más que ver las declaraciones del vicepresidente Pablo Iglesias, vicepresidente de Sánchez -recordemos-, nada más conocer la salida del Emérito. “La huida al extranjero de Juan Carlos de Borbón es una actitud indigna de un ex Jefe de Estado y deja a la monarquía en una posición muy comprometida”, escribía Iglesias en su cuenta de twiter, para resaltar que “Juan Carlos I debería responder por sus actos en España y ante su pueblo”. Omitía explícitamente el vicepresidente de Pedro Sánchez que la Zarzuela ya había aclarado que volvería a España si la Justicia lo requería, pero de momento, esta circunstancia no se ha producido.
La investigación abierta en España está pendiente de que se archive o se ponga en conocimiento de un juez, decisión que deberá tomar el Tribunal Supremo al ser el Emérito aforado hasta 2014. Por su parte, la justicia suiza investiga un supuesto delito documental referido a unas cuentas y unas anotaciones respecto a una fundación a la que se enviaron unos fondos. No se trata, como algunos medios quieren hacer ver, de Corina o Villarejo, si no de un presunto delito, al margen de estos dos personajes.
Por mucho que Juan Carlos I dijera en la carta a su hijo convertida en comunicado, que sus escándalos financieros se trata de asuntos privados y que, no obstante, toma esta decisión por dignidad personal y porque es lo mejor para la Monarquía, la justicia cerca al padre del Rey y el foco también, aunque con esta decisión se apague….de momento.
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