El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, llevará al Congreso despenalizar las injurias al Rey, sin contar con el PSOE. Con la excusa de garantizar la libertad de expresión, Iglesias quiere visualizar con este movimiento su distanciamiento con sus socios de Gobierno y tensionar las relaciones con el PSOE. Después de la negociación de Sánchez con la Casa Real para diseñar el operativo de la salida de España de Juan Carlos I, el líder de Podemos no dejó escapar la ocasión para hacer público su malestar por no haber sido informado de las negociaciones con Zarzuela.
Ahora, Iglesias quiere hacer valer el peso de su formación dentro del Ejecutivo y ha anunciado su propuesta de despenalización de las injurias al Rey, según publica El Confidencial. La estrategia de Pablo Iglesias de hacer ruido con lo que sea para tapar sus escándalos no es nueva. Ya lo hizo con la tarjeta de su asesora, Dina Bousselham, dándole la vuelta al caso para aparecer como víctima de las “cloacas”. Sus argucias fueron descubiertas y ahora la Justicia cerca al vicepresidente tras descubrir que la tarjeta la tenía él en su poder.
El caso Dina dio lugar a la declaración del ex abogado de Podemos, José Manuel Calvente, que fue expulsado de la formación y ha denunciado irregularidades en la contabilidad de Podemos. Ante estas revelaciones, el juez ha citado a declarar como imputado al secretario de comunicación de Podemos y actual director de Estrategia y Comunicación de Pablo Iglesias, Juanma del Olmo, por su presunta implicación en la contratación supuestamente irregular de la agencia Neurona Consulting en las elecciones generales de 2019.
El magistrado también ha llamado a declarar como investigada a la gerente de Podemos, Rocío del Val; al tesorero, Daniel de Frutos y a la responsable del Departamento de Compras, Andrea Deodato. Además, ha pedido a la Policía Nacional que le informe de las sociedades mercantiles en las que figura el fundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, presuntamente relacionado con el desvío de fondos de la formación, según adelantó El Confidencial.
El partido que quería acabar con la casta está ahora en el Palacio de la Moncloa, disfruta de todo lo que criticó y se enfrenta a una investigación que puede poner en jaque la coalición de Gobierno y la negociación de los presupuestos por mucho que Iglesias se empeñe en desviar la atención con propuestas efectistas que ya ni los suyos se creen a tenor de los malos resultados electorales de las últimas gallegas y vascas.
Sánchez creó al “monstruo” permitiendo que se desgastara para hacer ver que una cosa era el Psoe y otra Unidas Podemos. Ahora tendrá que responder sobre la investigación por presunta financiación ilegal de la formación que le apoya. Si criticó al PP, Sánchez no podrá guardar silencio por mucho tiempo sobre su vicepresidente. Las “ranas” de Iglesias manipularon supuestamente un concurso para la reforma de su sede en Madrid, utilizaron fondos de la Caja de Solidaridad del partido para pagar proyectos inexistentes y externalizaron la campaña de las generales, vinculándola a una empresa relacionada con el chavismo, Neurona Consulting, creada un mes antes de su contratación por casi 400.000 euros.
La declaración de la cúpula de Podemos está prevista para el 20 de noviembre. Mientras, Iglesias sacará de la chistera todo tipo de juegos de artificio para desviar el foco de la “casta” de su casa y las prácticas que él mismo criticó con vehemencia: financiación irregular, reforma de la sede del partido y caja B, aunque la caja de Podemos la llamen de solidaridad.
Seguiremos Informando…