Una noticia de ‘El País’ ha vuelto a situar a Cristina Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid, en el foco de los turbios asuntos del ex comisario José Manuel Villarejo. Cifuentes, acogida por Mediaset y que esta temporada se postula a colaboradora de ‘Sálvame’, es señalada por posibles vinculaciones con las “cloacas” en una declaración de Villarejo ante el fiscal anticorrupción Miguel Serrano.
Aunque el diario de Prisa enfocaba la noticia como una denuncia realizada por Villarejo, sobre el presunto hecho de que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) habría colocado micrófonos para escuchas en un restaurante madrileño, la transcripción de la declaración del ex alto mando policial situaba a Cifuentes de forma colateral.
Así, Villarejo pone a Cifuentes como ejemplo de que era conocido que dicho local de restauración, propiedad del empresario vasco Luis García Cancio, ubicado en una de las mejores zonas de Madrid, estaba ‘pinchado’ por el CNI.
Según relató Villarejo al fiscal Serrano, se encontraba comiendo en uno de los reservados con el comisario Carlos Salamanca cuando éste recibió una llamada de Cifuentes. “Tenía necesidad urgente de hablar conmigo”, aseguró, explicando que Cifuentes “se presentó allí y nos pidió que saliéramos todos del reservado [sic] para exponer una serie de problemas que tenía”.
Por ahora, no se conoce si Villarejo ha relatado los “problemas” por los que la ex presidenta de la Comunidad de Madrid necesitaba hablar con urgencia con él y por los que telefoneó a su compañero de correrías, comisario responsable del Aeropuerto de Barajas, Carlos Salamanca. Un mando policial conocido por su elevado tren de vida, habitual de restaurantes de lujo, y por el uso de ostentosos vehículos de gama alta puestos a nombres de las empresas de Villarejo, según él, por miedo a ser identificado por la banda terrorista ETA, incluso cuando ésta ya había anunciado su abandono de las armas.
Mientras tanto, Cifuentes guarda un silencio miedoso pero atronador.
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