En la Tierra a domingo, noviembre 17, 2024

Hacer ejercicio diariamente puede ser fundamental para atenuar las consecuencias de la COVID-19

La COVID-19 no actúa de la misma manera en todas las personas, la edad o el estado de salud del afectado puede influir enormemente en el desarrollo de la enfermedad. Mantener, en la medida de lo posible, hábitos saludables es muy recomendable ante la incertidumbre que causa el virus.

Ricardo Blanco, profesor de Fisioterapia de la Escuela de Enfermería y Fisioterapia San Juan de Dios-Comillas, afirma que “un buen estado de forma física músculo esquelética, así como de función cardiorrespiratoria, es imprescindible para mitigar los efectos de la COVID-19. En esta parcela, los fisioterapeutas somos de gran ayuda para la población”.

Durante el confinamiento, la práctica deportiva en casa fue muy común; sin embargo, perder los buenos hábitos adquiridos puede resultar muy fácil. Según Blanco, “nuestro organismo necesita recibir un estímulo permanente para progresar. Si tomamos consciencia de ello, desde la fisioterapia podemos proponer diferentes niveles de ejercicios, no extenuantes, enfocados a mitigar las consecuencias de la COVID-19, adaptados a cada perfil de edad y capacidades. Pero sin la conversión de nuestras propuestas en un hábito, los beneficios no se obtienen”. 

Es muy importante que, independientemente de la edad, se practique ejercicio físico a diario. Ricardo Blanco propone una serie de movimientos específicos para las personas mayores:

Se debe perder el miedo a tumbarse en el suelo y hacer diferentes ejercicios de piernas. Por ejemplo, levantar los glúteos, protegiendo la espalda, apoyando uno de los dos pies en el suelo tumbados boca arriba. Otra opción es tumbarse de lado y, con una almohada o cojín para apoyar la cabeza, hacer levantamientos de la pierna que queda arriba con la rodilla estirada. La pierna de abajo quedaría apoyada con la rodilla doblada para no perder el equilibrio.

Sentarse en una silla (sin apoyabrazos), inspirar a la vez que levantamos las manos hacia el techo y expirar bajando los brazos lentamente. Mover los pies estando sentados y con ellos apoyados en el suelo (como si quisiéramos ponernos de puntillas) y después, apoyando el talón, levantar la punta de los dedos.

Una vez de pie, apoyando una mano en la mesa del comedor y a la “pata coja”, mover la pierna que queda en el aire muy lentamente hacia delante y hacia detrás, hacia derecha e izquierda teniendo siempre cuidado de no perder el equilibrio. También de pie, apoyar la espalda en una pared y meter tripa durante unos segundos.

Ricardo Blanco hace hincapié en que “ninguno de estos ejercicios ha de provocarnos dolor, mareo o falta de aire. Si es así, no hay que hacerlo”. Mantenerse bien hidratado también es imprescindible, aunque se pueda llegar a beber sin sed.

Seguiremos informando…

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