La decisión de Errejón y los suyos, canalizada en Madrid, especialmente, a través de Rita Maestre y de Pablo Perpinyà, tiene varios objetivos. Por un lado, intensificar la labor opositora de sus gentes en el ámbito madrileño, llenando el espacio que, a su juicio, ha dejado un PSOE ‘blando’.
Pero también hay otra clave: Errejón y Maestre trabajan con dos agendas: la posibilidad de que la crisis madrileña pueda plantear unas posibles elecciones anticipadas, en cuyo caso la maquinaria de Más País debe estar perfectamente engrasada y visible, y conseguir que esta situación sirva para desgastar a Unidas Podemos.
Este ajuste de cuentas entre antiguos compañeros de la formación morada va mucho más allá de los límites de Madrid. Para los ‘errejonistas’, se trata de tirar a la cuenta a Unidas Podemos en la única plaza fuerte en la que Más País puede hacer sombra, e incluso imponerse, a los de Pablo Iglesias, comandados en Madrid por una líder de perfil bajo como Isabel Serra.
Como señalan fuentes de ambas formaciones, la táctica de Errejón y Maestre sería la de convertir Más Madrid/Más País en el partido interlocutor de referencia del PSOE madrileño y en la referencia para la izquierda que va más allá del socialismo. “Inigo y Rita se han pasado al ‘foquismo’ del Che, quieren convertir Madrid en su zona liberada”, explican con cierta sorna desde UP.
Sin embargo, en Unidas Podemos observan con preocupación esta estrategia. Por ahora, Errejón y Maestre han acaparado mayor cuota mediática y están aplicando mayor movilización en la capital. “UP siempre ha sido un partido de estructura débil, pero en Madrid está prácticamente en la UCI. Por mucho que Isa Serra y Monedero se dejen ver en alguna concentración”, indican fuentes del mismo, que reconocen una mayor capilaridad de Más Madrid en el entorno de las asociaciones vecinales, que pueden resultar clave para posibles acciones de protesta contra el Ejecutivo autonómico.
Junto a esto, Podemos se enfrenta a otro problema: cómo atacar una medida de Ayuso bendecida por el Gobierno de Pedro Sánchez, del que forma parte. Aunque las contradicciones nunca han sido un obstáculo para los de Iglesias, la percepción pública no es la misma que la de dentro del partido morado.
Y ahí es donde entra de lleno Errejón, cuya estrategia dibuja un panorama en el que la capitalización de las protestas contra las restricciones madrileñas puede darle una mayor proyección pública y política (que, por ahora, no le ha acompañado en su salto al ámbito nacional) y, de paso, segar la hierba bajo los pies de sus antiguos compañeros en Madrid.
Con esta estrategia se comprende la reciente entrevista de Errejón concedida a la agencia Efe en la que el líder de Más País ha demolido punto por punto la gestión del Gobierno de coalición Sánchez-Iglesias en cuestiones como la sanidad, el Ingreso Mínimo Vital (“no lo cobra nadie”), la reforma laboral (“no ha sido derogada”) u otras muy sensibles para su ‘target’ de público electoral como la “fusión oligopólica” de laCaixa y Bankia o la “fuga vergonzosa del Rey emérito”.
A nadie se le escapa que afirmaciones como que “el Gobierno ha actuado de una manera muy similar a como lo habría hecho un Gobierno del PP” o a que la fusión bancaria se ha hecho porque el Ejecutivo “ha querido” disparan con posta contra Iglesias y su clan.
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