Camuflar un programa de corte informativo en la mayor parte de su desarrollo, como de “actualidad y entretenimiento”, para saltarse el mandato marco de RTVE, pase. Pero lo que se ha visto en las dos primeras ediciones de ‘La Pr1mera Pregunta’, no hay por dónde cogerlo.
Y es que la receta de la TVE de Enric Hernández para intentar comerle el turrón a laSexta no deja de causar sorpresas desagradables. El pasado sábado, la cadena pública dejó ver dónde está su baremo de lo que debe ser un servicio a la ciudadanía, con una clase de ‘twerking’ en la que una invitada mostraba cómo se debe mover el culo.
No fue el único desfase de la noche en un programa más cercano al universo Mediaset, que al de una cadena pública con misión de información y servicio. Y es que el presentador, Lluís Guilera, acabó subido a una mesa bailando con Boris Yzaguirre. Todo ‘molt fort’ para quienes recuerdan cómo Guilera se vendía como el gran periodista serio, el hombre de los debates de TVE, un Ed Murrow en versión patria.
En lo que respecta a debates, la tertulia volvió a cobijar a sujetos llamativos. Si en su primera edición contó con una abogada de extrema izquierda vinculada al SAT, Pastori Filigrana, amiga de Willy Toledo, tal y como ya señalamos en prnoticias.com, en la segunda se volvió a repetir un patrón llamativo.
Se trata de la presencia de operativos ‘indepes’ presentados de forma inocua como ‘especialistas’ y que, en realidad, no lo son. En su estreno la cuota independentista estuvo representada por Bernat Dedéu, filósofo y escritor de dicha cuerda que fue condenado en 2018 por insultos y vejaciones al director adjunto de ‘El País’, Lluís Basets.
En el segundo programa, esta cuota la ocupó Jordi Graupera, amigo de Dedéu, considerado uno de los activos teóricos del proceso independentista, y presentado como “sociólogo” a la hora de opinar sobre la espinosa cuestión de las ‘okupaciones’.
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