El asma grave es un síndrome heterogéneo con múltiples variantes clínicas. La prevalencia entre los pacientes asmáticos varía de un país a otro, pero se estima que el 50% de los asmáticos graves tienen un mal control de su enfermedad. La calidad de vida de las personas que lo padecen se ve mermada, por lo que es necesario un correcto diagnóstico, el seguimiento de los pacientes y el mejor tratamiento disponible para cada caso.
A raíz de estos datos, GSK ha lanzado la campaña “Juntos Cambiamos el Rumbo” de la mano de profesionales sanitarios y pacientes. El objetivo del proyecto es dar voz a las personas que sufren asma grave y visibilizar a los expertos que trabajan de forma conjunta en nuestro país para cambiar el rumbo de esta patología.
Cristina Henríquez de Luna, presidenta y consejera delegada de GSK España, explica que “gracias al trabajo en equipo y a la participación activa de los pacientes se puede lograr un mejor control del asma. A través de esta campaña, mostramos, una vez más, que GSK está comprometida con el bienestar y la salud de las personas con el objetivo de ayudar a que puedan hacer más, sentirse mejor y vivir más tiempo”.
Unidades de asma grave
Las unidades de asma grave son una buena herramienta para evaluar a los pacientes que no responden a los tratamientos. La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) cuenta con 31 unidades de asma grave acreditadas de las cuales 22 son de Excelencia.
El doctor Antonio Valero, presidente de la SEAIC, afirma que “es importante que exista un abordaje multidisciplinar entre alergólogos, neumólogos y otorrinolaringólogos sobre todo a la hora de detectar las enfermedades asociadas y comorbilidades que pueda haber. Dentro de la sistemática de valoración de un paciente con asma grave, cuando esta no está controlada, en primer lugar, se debe confirmar el diagnóstico de asma, ver que la historia clínica del paciente es compatible y demostrar que hay una obstrucción variable en la función pulmonar”.
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