Mientras el presidente del PP, Pablo Casado, aún no ha dicho más que la moción de censura de Vox le importa nada, Iglesias prevé sacar su artillería contra los de Abascal para contribuir al objetivo del Ejecutivo y, de paso, marcar perfil propio para los suyos ahora que las encuestas le dan en caída libre y sus casos judiciales se complican cada día más.
Las dos sesiones de debate de la moción de censura tensarán más la cuerda de la bipolarización política y social a tenor de la escenificación que tendrá lugar en el Congreso de los Diputados. A las intervenciones de Pedro y Pablo se unirán previsiblemente la de la ministra de Igualdad, Irene Montero y la del ministro de Consumo, Alberto Garzón. La primera para negar la ‘violencia machista’ que propugna Vox y el segundo, no se sabe muy bien para qué, más allá del `camorrismo’, y la búsqueda de la confrontación y el cuerpo a cuerpo, ya que no se le conoce aportación a la política española, más allá de hundir a Izquierda Unida.
Así las cosas, el rechazo a la moción de censura, más que un debate sobre la gestión del Gobierno en torno a la gestión de la crisis y sus derivadas en las decisiones colaterales, prevé un escenario más que bronco. El bloque de izquierdas contra el de derechas, contra una única derecha a la que quieren compactar con la etiqueta de ‘fascista’. ‘O estás con nosotros, o eres un fascista’, podría ser el leitmotiv de las dos jornadas.
Y Abascal, a caballo…
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