En España, más de medio millón de personas padece de varices, una insuficiencia venosa crónica cuya causa se atribuye, en gran medida, a la debilidad en las paredes de las venas superficiales. Influye principalmente el componente genético que predispone la debilidad de la pared y la incompetencia valvular de las venas y los capilares. Esta debilidad dificulta el retorno de la sangre venosa de las piernas al corazón, de manera que se acumula en las mismas, aumentando la presión y generando pérdida de elasticidad en las venas. Así, las venas afectadas se vuelven más anchas y tortuosas, “serpenteando” por debajo de la piel para poder ajustarse al mismo espacio que ocupaban antes del cambio. Permanecer mucho tiempo de pie, la obesidad, el género (es más frecuentes en mujeres), los anticonceptivos orales, el avance de la edad, el embarazo o el sedentarismo también contribuyen a la aparición de varices en personas con predisposición constitucional.
Puede ocasionar dolor, pesadez y sensación de cansancio en las piernas, además de ser antiestéticas. Muchas personas con varices presentan también arañas vasculares, es decir, dilataciones en los capilares más superficiales de la piel que bien pueden estar asociadas a varices de mayor calibre o no.
Para el doctor Javier Rangel Gomes, flebólogo y médico estético de Clínica FEMM, entre los tratamientos que existen para eliminar las varices y arañas vasculares, lo recomendable es la escleroterapia por ser ambulatorio, de buena tolerancia, no requerir anestesia ni realizar cortes en la piel. “El esclerosante se inyecta directamente dentro del vaso, irrita el endotelio (células internas de las venas) y provoca un espasmo que consigue que las paredes se fibrosen, eliminando por completo la variz”, afirma.
Según este experto, en el caso de varices reticulares o de mayor calibre, el tratamiento adecuado es la escleroterapia con microespuma. “Otros métodos para tratarlas son la crioesclerosis, el láser percutáneo, el pegamento endovascular y también existen diferentes técnicas ablativas de radiofrecuencia, láser endovenoso y vapor de agua, tratamientos endovasculares pélvicos como la embolización y angioplastia y stent”, asevera Rangel Gomes.
Abordar el problema de las varices con la llegada de las estaciones frías es conveniente, “pues dependiendo de la opción que el paciente necesite puede requerir el uso de medias compresivas durante algunos días o semanas después del tratamiento. Además, es conveniente que a la zona tratada no le dé el sol directo en caso de que haya habido la formación de una mancha cutánea secundaria al tratamiento, para evitar que la pigmentación de la piel se acentúe y dure más tiempo en desaparecer”, explica el doctor.
Este especialista señala los problemas que generan las varices en la saludde la persona, que pueden ser desde leves a severos. “Disminución de la calidad de vida por los síntomas asociados a las varices; cambios en el aspecto de la piel, pudiendo presentar modificaciones de coloración que nos indicaría enfermedad venosa avanzada, o bien la piel tornarse seca y escamosa. También hemorragias por la ruptura de las venas varicosas; aparición de úlceras varicosas en personas con la enfermedad varicosa crónica y no tratada, las cuales pueden infectarse con facilidad. También pueden originar flebitis (inflamación de la vena) o tromboflebitis (formación de trombos en varices inflamadas) de las venas varicosas, que causan dolor localizado, entre otras”, asegura Javier Rangel.
Ninguno de los tratamientos de varices es curativo, las varices pueden seguir apareciendo a lo largo de la vida. “Lo que sí es cierto es que estos procedimientos no aceleran la aparición de nuevas varices y que las varices que ya se han fibrosado y han sido degradadas por el cuerpo no se vuelven a abrir”.
Por eso, el Dr. Rangel Gomez señala unas recomendaciones para que, una vez tratadas las varices, se evite o retrase en la mayor medida posible su aparición:
- Si estamos mucho tiempo de pie, utilizar la media de compresión e intentar mover las piernas tanto como sea posible para activar “la bomba plantar” de los pies y la musculatura de la pantorrilla (el corazón de las piernas).
- Si estamos mucho tiempo sentados, tratar de levantarnos y caminar un poco.
- Usar medias de compresión.
- Finalizar las duchas con agua fría durante 10 a 20 segundos desde los pies hasta las rodillas.
- Colocar los pies en alto y estar de 15 a 30 minutos en reposo en esa posición, especialmente al final del día.
- Hacer ejercicio cardiovascular entre 25 y 30 minutos diarios.
- Practicar deportes de bajo impacto.
- Mantener un buen peso corporal.
- Evitar las fuentes de calor.
- Si el calzado lleva tacón, intentar que el mismo no sea mayor de 5 cm.