Según ésta ‘Casado y Sánchez se repartirán los cargos siempre que el Gobierno ceda en determinados nombres que no hagan sangre con Casado en el caso Kitchen’. Así lo expresan representantes de la formación de Abascal, que no ocultan su profundo malestar con el líder popular, no tanto por el NO a la moción de censura si no por ‘el ensañamiento personal con nuestro presidente’ y aventuran una cruenta lucha por recuperar a los votantes del PP ‘mientas Casado celebra las portadas y los halagos’.
Y es que si el discurso del líder popular tuvo efectos inmediatos en el Ejecutivo, que pasó a mostrar su disposición por retirar la polémica reforma, éstos no fueron menores en Vox. Sánchez anunció una maniobra de distracción con la paralización unilateral de la reforma y el ofrecimiento de pacto al PP cuando en realidad había sido apercibido por Europa.
Haciendo de la necesidad virtud, el presidente del Gobierno convirtió en gesto lo que en realidad nacía fracasado por indicación de Bruselas. ‘Ahora entendemos el sentido de la intervención de Casado. Ha dicho cosas que jamás esperaríamos para negociar el reparto de los jueces’, avanzó Abascal desde la tribuna, pero transcurrido el fin de semana, los de Vox han concluido que la estrategia del líder popular va más allá: ‘negociar un reparto que le beneficie para que la operación Kitchen no se lleve por delante a su líder’, afirmaciones gruesas que realizan off the record pero que su portavoz adjunta, Macarena Olona deslizó en twiter y amplió sin contemplaciones en OK diario. Dijo que lo vivido en el Congreso durante la moción de censura fue una ‘performance’ acordada entre PP y PSOE porque ‘ya tienen pactado el reparto político de la Justicia’.
La artillería de los de Abascal pretende disparar la carga explosiva en el líder de los populares como receptor directo de los votos de María Dolores de Cospedal, implicada y señalada directamente en el caso del supuesto escándalo parapolicial. ‘Sin los votos de ésta, Casado no hubiera llegado a presidir el PP’, recuerdan y, ‘con el cambio de cromos judicial, pretenden evitar a toda costa que la imputen para diluir el caso y que pueda seguir manteniendo el discurso, de que él no tenía responsabilidad en el Gobierno de Rajoy’.
En cualquier caso, Kitchen no es un caso más en el calendario judicial del PP. Los de Génova dan por amortizados a los protagonistas de Gürtel, Lezo o Púnica, pero el asunto del presunto caso parapolicial, que nació para hacerse con supuesta documentación de Bárcenas, implica al gobierno, del que Casado se ha nutrido para muchos de sus cargos. Pero, sobre todo, pone sobre la mesa los métodos de su partido. Y la entrada en prisión de la mujer del ex tesorero, no hace más que complicar la situación teniendo en cuenta el supuesto pacto al que el propio Bárcenas llegó con la formación: ‘A mi mujer, ni tocarla’, vino a decir, según apuntaron algunos medios.
Los próximos movimientos del que tuviera el control de las cuentas del PP durante años preocupan y mucho en la sede de los populares y los proyectiles de Vox con este asunto también. ‘Que disfrute mucho de las alabanzas de la izquierda, que va a comprobar lo que es ponerse del lado del Gobierno de Sánchez e Iglesias’, aventuran los de Abascal, dispuestos desde ahora a no dejar pasar ni un,a por mucho que de cara a la galería mantengan con su apoyo los gobiernos de Madrid, Andalucía o Murcia. Ya lo decía Miguel Mihura: ‘el rencor es la caja de caudales de la maldad’.
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