En la Tierra a viernes, noviembre 22, 2024

MANIFIESTO DE LA PAZ CONFIRMA AMISTAD ENTRE IGLESIAS Y ZAPATERO QUE UNEN FUERZAS PRO BOLIVARIANISMO

Bolivia: Zapatero se destapa como el hombre oscuro del Gobierno de Sánchez

La toma de posesión del nuevo mandatario boliviano, vinculado al Grupo de Puebla y al populismo latinoamericano, ha servido como promoción, junto a Pablo Iglesias, de un manifiesto contra la “ultraderecha”, aireando el secreto a voces de su influencia en el Ejecutivo español.

José Luis Rodríguez Zapatero es uno de los poderes fácticos que más influyen en el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Esta realidad, que hasta ahora era conocida tan solo a determinados niveles, ha aflorado de forma manifiesta con los acontecimientos que tuvieron lugar en Bolivia el pasado fin de semana durante la toma de posesión del nuevo presidente, Luis Arce.

El acto sirvió, además, para una maniobra política de Iglesias, en colaboración con Zapatero, promoviendo un manifiesto contra el “golpismo de la ultraderecha” a nivel global. Un documento firmado por lo más granado del populismo latinoamericano y europeo, vinculado al Grupo de Puebla, y al que Zapatero prestó su nombre con gusto.

La aparición del nombre del exjefe del Ejecutivo no fue una sorpresa entre la clase política española, especialmente en los sectores más ligados al PSOE y a Unidas Podemos. Unos ámbitos en los que se conoce perfectamente el papel de Zapatero como mediador entre Iglesias y Sánchez, con vistas a alcanzar un acuerdo que permitiera la conformación del actual Gobierno de coalición.

Sí ha causado mayor sorpresa el hecho de que Zapatero haya prestado su nombre de forma tan evidente a esta operación. Y no tanto por el contenido, sino porque deja totalmente al descubierto su vinculación con Iglesias y con los gobiernos populistas vinculados a la extrema izquierda latinoamericana.

Fuentes del PSOE inciden en que tanto Iglesias como Zapatero han afianzado vínculos personales en los últimos años y recuerdan los elogios del ahora vicepresidente al expresidente en su tesis doctoral, así como la famosa cena en casa de José Bono y la vinculación de ambos, de una u otra forma, con Venezuela.

Precisamente en los últimos tiempos, Zapatero ha encontrado refugio en su papel de supuesto “mediador” en Venezuela. Una intermediación extraña, denunciada por buena parte de la oposición venezolana (que está como para denunciar) como un ‘blanqueo’ del régimen de Nicolás Maduro, que le ha llevado a ser elogiado por el mandatario venezolano en sus numerosos viajes al país.

Zapatero también ha acudido a Bolivia, protagonizando una polémica al difundirse un video en el que visitaba una plantación de coca acompañado por una mujer detenida más tarde por tráfico de droga. Además, a primeros de años la Fiscalía boliviana solicitó que el expresidente español prestara declaración por el turbio asunto de la presencia de una diplomática española, acompañada por policías del Grupo Especial de Operaciones (GEO), en la embajada mexicana en La Paz, en lo que algunos interpretaron como un operativo para trasladar a altos cargos del Ejecutivo de Evo Morales fuera del país, y ponerlos lejos de las manos de la justicia de aquel país.

DELCY RODRÍGUEZ MANO DERECHA DE NICOLÁS MADURO, VISITANTE DE ESPAÑA EN CONDICIONES MUY RARAS QUE NUNCA SE HAN ACLARADO

Desde luego, la sombra de Zapatero se ha proyectado en los mismos lugares al otro lado del océano y, con la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, se han conocido capítulos sin aclarar como la visita de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez al aeropuerto madrileño de Barajas, siendo recibida por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos.

Este asunto, que amenazaba con ser uno de los asuntos más polémicos del Ejecutivo Sánchez, se vio eclipsado, sin aclaraciones, por la llegada de la pandemia.

A esto hay que sumarle otras cuestiones como los pagos percibidos por el exembajador Raúl Morodo, un ‘pata negra’ del socialismo de los 80, procedente de las filas del PSP de Tierno Galván, por parte de la petrolera estatal venezolana, PDVSA.

El nombramiento de Morodo como embajador en Caracas se produjo en 2004, con la llegada de Zapatero al Gobierno. Poco después, Bono reactivó las relaciones comerciales con la venta de varios barcos de Navantia a la Marina venezolana bajo la tipología de “patrulleras”.

Seguiremos Informando…

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