Gloria Elizo, vicepresidenta tercera del Congreso y antigua representante del equipo jurídico de Podemos (cuya labor en ese campo fue, para sectores del partido, más que discutible, si no incluso olvidable), la lio parda al publicar un tuit en el que comparaba el cierre del restaurante Zalacaín con el “desmoronamiento” del régimen del 78.
Fue la polémica tuitera del día y Elizo, lejos de recular, dejó sobrada muestra de su soberbia, que tantas amistades le ha generado, incluso dentro de Unidas Podemos.
Y es que la propiedad de Zalacaín recaía en La Finca, o sea, en los propietarios de la exclusiva urbanización de Pozuelo, un proyecto del constructor Luis García Cereceda, hombre amigo de sus amigos (desde los socialistas de los 80 a José María García o el falangista Rodrigo Royo) y cuyo legado empresarial gestiona hoy en día su hija Susana. En resumen, que Susana era la propietaria de Zalacaín.
Hasta ahí, nada. Pero lo curioso es que Susana, que durante un tiempo ejerció como profesora en la Facultad de Políticas, fue la administradora única de Noxa Consulting, fundada por el sociólogo de cabecera de Felipe González, Julián Santamaría catedrático en Políticas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). La sociedad estaba domiciliada en la urbanización de Cereceda padre.
En ella ejerció labores profesionales una profesora llamada Carolina Bescansa, cofundadora de Podemos hasta que, como casi todo el núcleo fundacional, acabó a palos con Pablo Iglesias y los ‘Montero’s boys’. Tanto Santamaría como Cereceda hija y Bescansa pertenecían al Departamento de Ciencia Política y de la Administración de dicha facultad.
Como recordaban con sorna estos días antiguos miembros de la dirección de Podemos, sólo Elizo es capaz de poner un tuit contra la casta que acaba salpicando al partido morado. Una reconocida habilidad de la vicepresidenta.
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