José Antonio Zarzalejos es el nuevo adjunto a la Presidencia de ‘El Confidencial’, confirmando de forma oficial la influencia que había ganado en los últimos tiempos en el digital de José Antonio Sánchez, Totoyo.
Ahora, Zarzalejos realizará labores de asesoramiento editorial para Sánchez y de apoyo en relaciones institucionales.
Esta situación reconoce la posición preeminente que había ido ganando Zarzalejos, que no estaba considerado un columnista más. El exdirector de ‘ABC’ venía recibiendo un trato privilegiado y se le implicaba más en algunas iniciativas de ‘El Confidencial’, lo que se traducía, también, en algunas prerrogativas como la posición de su columna, considerada “intocable”. También haberse convertido en la voz editorial ‘oficiosa’ de un diario considerado como ‘indefinido’ en su línea. Y es que es un hecho entre los empleados de ‘El Confidencial’ que Zarzalejos tiene bufet libre.
Con este ascenso, vuelve a ponerse el foco en un asunto que preocupa en la redacción: la posible retirada de Totoyo y el ascenso de posición de Nacho Cardero. Por el principio de vasos comunicantes, eso supone, a la vez, poner el foco en lo que algunos denominan la “estrella estrellada” de ‘El Confidencial’: Alberto Artero.
El director general de Titania, la editora de ‘El Confidencial’, hombre de moda hace años, mantiene una posición discreta en el seno de la empresa que nada tiene que ver con la ostentada en otros tiempos. Ahora Artero y su sinónimo, S. McCoy, andan de capa caída, languideciendo en áreas de gestión mientras Cardero, cada vez más volcado en cuestiones comerciales y venta de suscripciones, va ganando posiciones y el antiguo banquero de Totoyo pide árnica discreta por ahí a quien quiere escucharle.
Tampoco contribuye a la “paz social” de ‘El Confidencial’ la sangría de periodistas, entre las que se encontró, en su momento, la del propio sobrino de Zarzalejos, periodista solvente que encontró acomodo en el ‘Vozpopuli’ de Jesús Cacho, como tantos otros que han pasado a las filas del “expulsado” Jesús Cacho, “descubridor” de un desconocido Cardero, hoy propulsado en lo profesional y lo persona, y cuyo principal curriculum era suplementos de ladrillo en ‘El Mundo’ y una jefatura de Economía en ‘La Clave’.
Sobre todos estos mimbres, con una situación interna que llevó a la configuración de un comité de empresa en el periódico, planea además la cuestión de un posible paso atrás de Totoyo. Todo sigue abierto, aunque parezca cerrado.
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