El proyecto educativo “Experiencia con simulación en el paciente psiquiátrico desde la universidad” de la Escuela de Enfermería de la Fundación Jiménez Díaz-UAM, que avala la eficacia de esta herramienta de aprendizaje y demuestra que su empleo disminuye la ansiedad y el estigma asociado a la enfermedad mental, proporcionando mecanismos de manejo en la entrevista clínica, ha ganado el primer premio de comunicaciones en XXXVII Congreso Nacional de Enfermería de Salud Mental.
Liderado por la profesora y responsable de la asignatura de Enfermería en Salud Mental de la Escuela, Laura Vaquero Velerdas, y el coordinador de Simulación, Alejandro Martínez Arce, junto con las profesionales Ana Mª Rico Romano, Claudia González López y Sandra Seco Fernández, la iniciativa está enmarcada dentro del proyecto de simulación transversal diseñado por la Dirección de la Escuela de Enfermería, planificado en los cuatro cursos del Grado en Enfermería y estructurado según la complejidad de las competencias que tienen que demostrar los estudiantes.
“Las nuevas tecnologías han abierto nuevos retos en la enseñanza universitaria, lo que supone que los docentes tengamos que adaptarnos a nuevos desafíos y maneras de transmitir el conocimiento a los futuros profesionales en formación, ya desde el Grado de Enfermería”, afirman desde la Escuela.
La simulación, una herramienta eficaz y clave
En este escenario, emplear herramientas de simulación en la formación universitaria de Enfermería supone una adaptación a nuevas maneras de aprendizaje que complementan los conocimientos que se imparten en la asignatura, y contribuyen al desarrollo de aptitudes por parte de los alumnos en el manejo del paciente psiquiátrico.
Y es que, como explican los promotores del proyecto, durante las prácticas tuteladas a lo largo de los diferentes cursos de Grado, el alumnado debe enfrentarse a múltiples situaciones de diversa complejidad que pueden generar, en mayor o menor medida, sensaciones de incertidumbre, miedo o ansiedad; experiencias en las que resulta de gran utilidad la simulación como herramienta docente, que permite al estudiante hacer frente a una situación clínica potencialmente real en un entorno controlado: el aula de simulación.
Concretamente, en la simulación, el aprendizaje dirigido por los instructores de la actividad constituye una doble experiencia para los participantes: el que se extrae de la propia vivencia tras la realización del escenario, y el procedente de la autoevaluación y de la devolución mediante la reflexión conjunta por parte del resto del grupo. Además, acorta el tiempo necesario para el aprendizaje de una habilidad, permite cometer errores sin dañar al paciente, promoviendo el desarrollo del pensamiento crítico y la resolución de dudas, y facilita el entrenamiento de competencias y habilidades comunicacionales.
En este sentido, los responsables del proyecto subrayan la ayuda que esta metodología puede suponer para trabajar otros aspectos transversales en la formación de los futuros profesionales de Enfermería, como el estigma hacia la enfermedad mental. “Los problemas de salud mental presentan una elevada prevalencia en la población general, quienes los sufren no sólo precisan atención en este ámbito, sino que a lo largo de su vida pueden ser atendidos en cualquier dispositivo sociosanitario, y los problemas de salud mental están íntimamente relacionados con otras patologías”, recuerdan, indicando que “por ello, los profesionales en formación deben evitar actitudes como el estigma o el rechazo a esta problemática que puedan traducirse en una peor atención y cuidados hacia el paciente”.
Escenarios frecuentes en el manejo de pacientes con enfermedad mental
Para trabajar todo ello, el proyecto ganador diseñó e implementó una actividad docente en tres escenarios relacionados con situaciones frecuentes en el manejo de pacientes con enfermedad mental, marcando en cada uno de ellos unos objetivos a trabajar por los alumnos centrados en la utilización de técnicas de manejo del paciente, habilidades de comunicación, establecimiento de prioridades y actitudes del estudiante hacia el paciente.
Emplear herramientas de simulación en la formación universitaria de Enfermería supone una adaptación a nuevas maneras de aprendizaje que no sustituye el experiencial desarrollado en las prácticas, pero sí complementa los conocimientos que se imparten en la asignatura, y contribuye al desarrollo de aptitudes en el manejo del paciente psiquiátrico, como el razonamiento crítico y la reflexión sobre situaciones reales, aseguran en la Escuela.
Así, concluyen que “la experiencia aplicando simulación con alumnos de Enfermería ha sido valorada muy positivamente, tanto por los alumnos como por los instructores, y ha servido para complementar los conocimientos teóricos impartidos en la asignatura y para cambiar prejuicios hacia la enfermedad mental”.
Educación para la salud en epilepsia a profesores de Educación Primaria
Por otra parte, el trabajo de Fin de Grado “Educación para la salud en epilepsia a profesores de Educación Primaria en dos colegios de la Comunidad de Madrid”, realizado por las estudiantes de la Escuela de Enfermería Fundación Jiménez Díaz-UAM, Natalia Alonso Arranz y Carmen Estades Sánchez, ha obtenido también el premio Accésit en el IX Congreso de la Sociedad de Enfermería Madrileña de Atención Primaria (SEMAP).
Tutorizado por las doctoras Cristina Gómez Moreno y Esperanza Vélez Vélez, profesoras de la Escuela, la iniciativa ha diseñado e implantado un programa de Educación para la Salud dirigido a los docentes de Atención Primaria de dos centros educativos de la Comunidad de Madrid que se materializó en enero de 2020 a través de cinco sesiones formativas.
Preparar a los docentes de Educación Primaria en el método de actuación ante una crisis epiléptica, expresar el nivel de conocimientos percibidos de los profesores de Educación Primaria sobre dicha patología, verbalizar los sentimientos que produce a los profesores actuar ante un caso de epilepsia, analizar la demanda por parte de los profesionales de Educación Primaria de programas de formación sanitaria y demostrar las habilidades de los docentes ante un caso práctico de epilepsia fueron algunos de los objetivos del trabajo.
A tenor de los resultados obtenidos en los docentes, que reflejan una predisposición positiva en aumentar el aprendizaje en epilepsia, la iniciativa ha sido exitosa. Y es que, si bien la situación de inicio mostraba una falta de información en este ámbito y una escasa formación práctica, esta aumentó un 31,86 por ciento tras el programa educativo.
El beneficio de la formación ante una enfermedad de la que, a pesar de constituir el trastorno neurológico más común y afecta en todo el mundo a 10,5 millones de niños, no existe un adecuado conocimiento en la población, redunda en una mejora en los cuidados específicos de actuación, concluyen las promotoras del trabajo galardonado.
