El jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo, puso fin a la “democracia interna” y como instigador del Ministerio de la Verdad decidió aplicar el silencio de los corderos a los socialistas. Sordina y se acabó, que para eso dispone de una factoría con 200 asesores, que fabriquen la siguiente polémica con la que distraer a los periodistas y, por tanto, a la opinión pública.
Y aunque una cosa es el Gobierno y otra el partido, los viejos rockeros, que se las saben todas, no dudan en señalar, una vez más, al gurú del presidente en la maniobra del bozal. Que a nadie se le ocurra ponerle un “pero” a Otegui. Tampoco recordar aquellas declaraciones de Sánchez en las que dijo “¿cuántas veces quiere que se lo repita? ¿20 veces? Jamás pactaré con Bildu”. La máxima de Redondo es que aquello que no se verbaliza no existe. La amnesia, colectiva; el vómito, contenido; las filas, prietas; la nómina, segura. Y esto es lo que el ministro Ábalos, en calidad de número tres del Psoe, demostró en su comparecencia tras la Ejecutiva de su partido, donde todos estuvieron de acuerdo con la decisión del Gobierno, que no era otra que pactar con Bildu.
El titular de Transportes, conocido como el “ministro Delsy”, por su empatía con la ministra venezolana, Delcy Rodríguez, dijo sin ruborizarse que “estamos sobredimensionando esta cuestión”, obedeciendo al argumentario nada creíble de Redondo.
Para desviar el foco mediático, el número tres del Psoe defendió que no existe acuerdo alguno con los herederos de ETA. “Desde luego, nosotros no vamos a poner el foco en Bildu”, llegó a subrayar sin vergüenza, con la prepotencia que exhiben los que tratan a los ciudadanos como ignorantes.
Mientras, el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, se escondía tras una legión de tuiteros que linchaban a todos aquellos que osaban criticar el pacto con los ‘complacientes’ de la banda terrorista. Eso sí, con un matiz importante, el pacto lo hacían extensivo al Gobierno. Nada de hacerlo suyo. Con lo que le gusta a Iglesias exhibir traje y moño en otros acuerdos…
Por mucho que Redondo telefoneara a los periodistas de cabecera para achacarle la presión de sacar las cuentas públicas con los herederos de los pistoleros, los morados le han ganado la partida en las redes sociales, sacando a su ejército de tuiteros para blanquear la imagen de Otegui y los suyos. De paso, erosionaban la del Psoe. García-Page, Antonio Miguel Carmona, Lambán, Alfonso Guerra y diputados del Psoe de la Asamblea de Madrid son algunos de los señalados por el equipo de Julián Macías, muy activo en las redes sociales de Podemos.
Iglesias le ha torcido el brazo a Sánchez para pactar con Bildu y éste ha tragado con tal de mantenerse en Moncloa. La lucha de poder entre el presidente y sus socios de gobierno ya no es una anécdota.
Y, de momento, el podemismo le gana la partida (de ajedrez) a Redondo.
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