La Dra. Carmen Pingarrón Santofimia, Jefa de Equipo de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quironsalud San José, señala que “a los efectos ya conocidos de la pandemia provocada por la COVID-19 se han sumado otros impactos inesperados en todo el mundo, tales como un aumento de mortalidad y morbilidad entre mujeres y recién nacidos relacionados con embarazos no deseados, demoras en la búsqueda, acceso y atención de planificación familiar y la aparición de resultados no deseados relacionados con el embarazo; todo ello unido ha desembocado en un mayor coste a la hora de afrontar las morbilidades sufridas por un sistema de salud ya abrumado. Por todo ello -señala la experta- podemos decir que la anticoncepción se ha convertido en un servicio esencial durante la pandemia”.
Para adaptarse a la nueva situación, la Dra. Pingarrón propone algunas medidas como fomentar e incrementar el uso de la telemedicina para recibir asesoramiento sobre anticoncepción segura y efectiva, así como sobre educación sexual y su seguimiento o el uso generalizado de los anticonceptivos reversibles de larga duración (LARC), considerados uno de los métodos anticonceptivos más eficaces.
El uso de los anticonceptivos LARC ofrecería las siguientes ventajas para las usuarias frente a los antinconceptivos hormonales (AHC):
- Aseguran protección a largo plazo durante la pandemia.
- Sus beneficios superan el riesgo de transmisión de la COVID-19. Por acudir a colocarlo en consulta
- Las mujeres con historia de tromboembolismo venoso, tromboembolismo pulmonar o accidente isquémico pueden usar DIU de Levonorgestrel.
- Parecen no tener efectos significativos cuando se coadministran con los tratamientos para la COVID-19.