El pasado 19 de noviembre daba comienzo el 28 congreso mundial en controversias en obstetricia, ginecología e infertilidad (COGI), este año online, dada la crisis sanitaria mundial por la COVID-19. Daniel Ordóñez y Alberto García Enguídanos ha participado en el Congreso presentando un trabajo muy interesante que puede tener consecuencias muy positivas sobre el factor masculino, dando un papel más importante y merecido al varón, el gran olvidado durante mucho tiempo en los problemas de infertilidad de pareja y sobre las técnicas de selección de espermatozoides tal y como se conocía hasta ahora.
Tras un estudio que han venido realizando estos últimos años y con la aparición de nuevas técnicas de selección espermática en el mercado, presentaron los resultados preliminares del trabajo “NUEVA METODOLOGÍA DE SELECCIÓN DE ESPERMATOZOIDES: UNA ALTERNATIVA A LA MICROFLUÍDICA LIBRE DE CENTRIFUGACIÓN”, que ha contado con la colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid y su catedrático en Genética, el Prof. Jaime Gosálvez, (muy reconocido en el campo del estudio del factor masculino, que cuenta con numerosas patentes y publicaciones en este campo). El estudio liderado por la Dra. Yolanda Cabello, directora científica de la URA perseguía el objetivo de comparar la eficiencia de la selección de espermatozoides de dispositivos microfluídicos con una nueva metodología desarrollada por ella misma en el laboratorio de la Unidad, que consiste en la selección de espermatozoides sin utilizar la centrifugación (SSCF).
La centrifugación de espermatozoides es una de las intervenciones más agresivas que se usa comúnmente. Por ello, cualquier estrategia para evitar su uso reduciría el impacto negativo de ese daño iatrogénico del espermatozoide.
Usando la técnica de la centrifugación, al analizar los daños en la cadena doble del ADN de los espermatozoides, se pudo comprobar que estos no disminuían significativamente, que la cantidad de espermatozoides recuperada era muy baja y que solo podía ser usada la muestra para la microinyección espermática de los óvulos, y a veces incluso con dificultad. Por ello, se hacía necesario idear alguna técnica alternativa.
Se procesaron muestras de diferentes pacientes en paralelo utilizando un dispositivo de microfluídica, siguiendo las instrucciones del fabricante y la SSCF. Después de ambos tratamientos, las muestras se evaluaron para determinar la concentración de espermatozoides, su movilidad y la fragmentación del ADN de los espermatozoides (SDF) obtenidos tras su tratamiento.
Las conclusiones del estudio fueron que la nueva metodología utilizada (SSCF) resultó ser una alternativa eficiente y de bajo costo a los dispositivos de microfluídica que existen en el mercado y que implican un alto desembolso económico para el paciente. La concentración de espermatozoides resultó ser 100 veces mayor, la movilidad conseguida se mantuvo en límites aceptables y la fragmentación se redujo claramente sin mostrar diferencias significativas.
Por tanto, la metodología SSCF podría utilizarse para ICSI -técnica de fecundación in vitro en casos de infertilidad masculina- y, a diferencia de los dispositivos microfluídicos, dada la mayor y más eficiente recuperación de espermatozoides no dañados, estos podrían ser utilizados en otras técnicas como la FIV clásica o inseminación artificial intrauterina, debido a que se consigue una mayor concentración de espermatozoides recuperados.
Estos resultados son muy prometedores, ya que como se demostrará en un trabajo ya en revisión que se publicará en breve, se está relacionando una mejor tasa de implantación y menor tasa de aborto tras usar esta nueva técnica de selección espermática en pacientes cuya fragmentación de ADN en espermatozoides era muy elevada.