“Los ciudadanos necesitan estar seguros de que el dinero público se administra para los fines legalmente previstos; que no existen tratos de favor por ocupar una responsabilidad pública; que desempeñar un cargo público no sea un medio para aprovecharse o enriquecerse; que no se empañe nuestro prestigio y buena imagen en el mundo”, afirmaba Felipe VI en 2014. Este año, y después de seis años sus palabras vuelven a estar de plena actualidad. El mensaje de Navidad es el discurso más personal del jefe del Estado y el que crea más expectación, especialmente este año.
Analizando la línea comunicativa de estos meses, el discurso de Felipe VI estará mercado por la pandemia de coronavirus. El Rey dedicará la mayor parte de su discurso a la crisis sanitaria, económica y social que ha dejado esta pandemia. Asimismo, y como es costumbre, enviará un mensaje de esperanza ensalzando los valores democráticos de la sociedad española.
No obstante, las miradas estarán centradas en la manera de abordar, si es que lo hace, la situación en la que se encuentra el Rey emérito. El jefe del Estado tiene sobre la mesa la marcha a Emiratos Árabes, la situación fiscal y la prohibición de volver a Casa por Navidad de don Juan Carlos. Por su parte, la postura de La Moncloa es clara, insisten al jefe del Estado que debe hablar sobre la situación de su padre.
Si analizamos el mensaje de sus discursos desde el año 2014, las referencias a la corrupción han ido disminuyendo. En el año 2015, Felipe VI centró su mensaje en la irrupciópn de nuevos partidos políticos que llegaban por primera vez al Congreso. “La pluralidad política, expresada en las urnas, aporta sin duda sensibilidades, visiones y perspectivas diferentes; y conlleva una forma de ejercer la política basada en el diálogo, la concertación y el compromiso”, afirmaba el Rey.
Un año después en 2016, Felipe VI centró su mensaje en aspectos más sociales y menos políticos. En su discurso alabó la responsabilidad de la sociedad española que miraba al futuro y debaja atrás los duros años marcados por la crisis de 2008. Sin embargo, la prudencia de su discruso quedó en un segundo plano en el año 2017, su discurso estuvo marcado por la celebración del referéndum ilegal, Un camino que, en cambio, sí debe conducir a que la convivencia en el seno de la sociedad catalana –tan diversa y plural como es recupere la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo, afirmaba el Rey durante su discurso.
El en año 2018, el Rey centró su mensaje en el 40 aniversario de la Constitución española, “a todos les unía un objetivo muy claro: la democracia y la libertad en España; definir unas reglas comunes que garantizaran nuestra convivencia. Y lo lograron”. En este mismo año se produjo la moción de censura que alejó a Mariano Rajoy de la presidencia del Gobierno, dando lugar al primer Gobierno de Pedro Sánchez.
Finalmente, en 2019 el discurso del Rey se producía después de la repetición electoral de noviembre tras no ponerse de acuerdo los diferentes partidos políticos. En este discurso, Felipe VI tuvo muy presente la situación de Cataluña apelando a la “voluntad de entendimiento” para “integrar nuestras diferencias dentro del respeto a la Constitución”.
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