En España, el Ejecutivo ha difundido extraordinariamente la noticia y todos los medios se han hecho eco de las primeras dosis administradas. El retraso en el envío del resto podría haber originado una magnífica crisis de comunicación, teniendo en cuenta las expectativas generadas por Moncloa en torno a la inmediatez de la llegada del resto de lotes.
Gracias a la gestión de la compañía las cosas no han ido a más. Aplicando una correcta comunicación de crisis, ha logrado minimizar las críticas sin soliviantar a los europeos. “La compañía inmediatamente ha asumido su responsabilidad en el retraso, haciéndose cargo de la situación; ha informado a las autoridades sanitarias de la demora, convirtiéndolas en altavoz de la marca y, por tanto, de la publicidad, consciente de que la estrategia era la adecuada. No se ha ocultado. Ha explicado los motivos y ha ofrecido una solución rápida”, explican expertos en comunicación de crisis consultados por prnoticias.com.
La farmacéutica comunicó la noche anterior a las Administraciones que la dilación se debía a un problema en el procedimiento de carga y envío ocurrido en su fábrica de Puurs (Bélgica), el punto desde donde se distribuyen las vacunas a Europa. Posteriormente, Pfizer informó de que el problema estaba resuelto y que el envío estaba garantizado para el día siguiente. “La proactividad, transparencia y la elección de los momentos ha sido fundamental en la gestión de esta crisis. Si en lugar de actuar así, hubieran ocultado el incidente o no hubieran comunicado rápidamente el problema a las autoridades sanitarias, los resultados hubieran sido catastróficos, ya que muchas personas están pendientes de esta vacuna y, sobre todo, es un empujón de moral que es como lo han vendido los gobiernos”.
El Ministerio de Sanidad ha sido el encargado de dar las explicaciones del retraso, haciendo de portavoz de la Farmacéutica y explicando los motivos aportados por ésta. De esta forma, ofrece al Gobierno argumentos para “cubrirse las espaldas” y le hace partícipe de la estrategia de comunicación. De hecho, la noticia ha sido difundida por la inmensa mayoría de los medios de comunicación, pero con una línea editorial que apuntaba más a la solución que al problema.
La incidencia se produce después de algunos problemas en Alemania, como dosis conservadas a más temperatura de la adecuada. En España, al menos, Pfizer ha aprendido la lección.
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