Si durante la primera ola de la pandemia, Aguado trató por todos los medios de tener un discurso propio, alejado de la estrategia de Ayuso e incluso de confrontar con ella públicamente, en la gestión de la nevada no ha querido desaprovechar la oportunidad para hacerse un recorrido mediático y dejarse ver. Su discurso, una vez en contra de las decisiones del Gobierno del que forma parte, y otras, a favor, dejó de ser creíble hace mucho tiempo y sus ofrecimientos a los medios son aceptados por éstos, más que para ver qué dice de la actualidad, para comprobar por dónde ataca a la presidenta en la ocasión que corresponda.
Tan es así que hasta Jorge Javier Vázquez le preguntó hace unos días si Ayuso “es así de verdad”, a lo que el vicepresidente respondió que “sí”, sin un ápice de incomodidad por la inesperada pregunta.
Preocupado por el poco peso que tiene en su partido y por los pobres resultados cosechados en torno a su figura política, el naranja ha organizado una caza de brujas entre sus asesores para encontrar al culpable de sus males. Más, cuando observa cómo su consejero de Transportes, Ángel Garrido, obtiene mejor reputación que él con la gestión de Metro de Madrid. Garrido, que se pasó del PP a Ciudadanos tras una pataleta porque Casado no le hizo candidato a la Comunidad de Madrid, mantiene un perfil bajo de cara a la opinión pública. Su intención es pisar el acelerador más adelante para posicionarse en la carrera para ser designado candidato, esta vez por Ciudadanos, según diputados de la Asamblea de Madrid que le conocen bien.
La guerra soterrada por competir con Ayuso en los próximos comicios autonómicos pasa, según la estrategia de Aguado, por intensificar su presencia mediática más allá de Telemadrid, rendida a su figura en detrimento de la presidenta. Pero los últimos movimientos tampoco le están saliendo bien. Su foto reciente retirando nieve fue criticada tanto como la de Casado en las redes sociales y en las tertulias de radio y televisión, mientras su compañera de partido y eterna rival, Begoña Villacís, dejaba el protagonismo de la gestión de la nevada al alcalde, José Luis Martínez-Almeida.
Ante el pobre resultado obtenido con sus bandazos desde que empezó la pandemia, Aguado ha decidido buscar a expertos en comunicación que diseñen su estrategia. Y en esto también se ha fijado en su compañero Garrido, que fichó a un periodista como jefe de su gabinete.
Como no se dé prisa, se queda sin partido. Pero esa es otra historia…
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