La histórica nevada producida en Madrid ha traído numerosos problemas médicos, muchos de ellos quirúrgicos. En un día se atendieron en los hospitales de Madrid más de 2.000 consultas por traumatismos y fracturas por caída. El mayor número de fracturas fue en la muñeca y en la cadera, pero también se atendieron traumatismos craneoencefálicos, la mayoría leves, es decir, golpes en el cráneo, algunos de ellos con pérdida de conciencia, pero la mayoría sin pérdida del conocimiento, eso sí, con hematomas exteriores en la región occipital o frontal.
Este ha sido el caso del doctor Francisco Villarejo, jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital La Luz de Madrid, que sufrió una caída al resbalar en el hielo. Ahora bien, si nos remitimos a los deportes de nieve como el esquí o el skiboard, los accidentes son mucho más graves ya que influye la velocidad a la que va la persona que hace uno de estos deportes.
El caso más célebre es el de Michael Schumacher que corriendo a más de 300 km de velocidad en su Ferrari no sufrió un accidente tan grave como el que sufrió en 2014 esquiando y que le tiene todavía ingresado.
Según el neurocirujano del Hospital La Luz, “podríamos decir que hay traumatismos craneoencefálicos cerrados, donde no hay heridas en el cuero cabelludo y abiertas, donde hay heridas en la piel del cráneo y fracturas de algún hueso craneal. “También podemos distinguir las que presentan pérdida de conciencia y las que no. Pero lo más importante es que ocurre en el cerebro”.
Este especialista asegura que la mayoría de fracturas de cráneo van acompañadas de una lesión en el cerebro que puede ser grave o no. Según indica Villarejo, es Importante destacar que las fracturas de cráneo no requieren escayolas, ni férulas, ni inmovilización, pues cicatrizan solas en menos de 6 meses. El problema es que ocurre en el cerebro. Al principio puede haber un hematoma agudo intracraneal que requiere tratamiento quirúrgico para evacuarlo, o puede existir un edema cerebral (hinchazón del cerebro) que requiere una descompresión quirúrgica. “Pero puede ocurrir que el paciente se recupere de un traumatismo por la nieve o por un accidente de tráfico y al cabo de uno o dos meses desarrolle un hematoma subdural (entre la meninge y el cerebro), y que llamamos hematoma subdural crónico. “He tenido la ocasión de operar dos de estos hematomas producidos por golpes esquiando y que desarrollaron este tipo de hematomas, uno era un piloto de aviación de Iberia y el otro un alto ejecutivo. Los dos están muy bien actualmente”, asevera el doctor Villarejo.
Se ha descrito recientemente que algunos traumatismos craneoencefálicos de la edad media han desarrollado a los 10-12 años posteriormente la enfermedad de Alzheimer y se confirmó en un estudio publicado en la revista inglesa Neurology que realizando resonancias cerebrales en un grupo de personas de la misma edad que no habían tenido traumatismos craneales no tenían placas de β-amilasa (depósitos de proteínas) en el cerebro, signo clásico de la enfermedad de Alzheimer (degeneración progresiva de las neuronas). “Ahora bien, un grupo de pacientes con traumatismos craneoencefálicos tenían placas de β-amilasa años después, aunque menos que los pacientes que habían desarrollado la enfermedad de Alzheimer”, subraya el doctor.
Seguiremos Informando…