Los pacientes con patologías cardiacas tienen mayor riesgo de complicaciones y mortalidad derivada de la infección por SARS-CoV-2. Datos como este se desgranan de un análisis de casi 3.000 pacientes, incluidos en el registro HOPE COVID-19 (Health Outcome Predictive Evaluation for COVID 19) y publicado en la revista “Cardiology Journal”.
El registro HOPE COVID-19 es un proyecto impulsado en febrero de 2020 por un grupo de investigadores españoles, liderados por el cardiólogo Iván Núñez Gil, del Hospital Clínico San Carlos (Madrid). Esta base de datos se ha convertido en uno de los mayores registros de pacientes de coronavirus a nivel internacional.
En total, se ha recogido información de 8.168 pacientes de 48 hospitales en 9 países entre febrero y finales de mayo de 2020. Con 9 artículos ya publicados hasta la fecha, el registro está suponiendo una valiosísima fuente de información sobre la COVID-19, el perfil clínico de los pacientes más graves y su manejo.
Enfermedades cardiacas previas
El análisis publicado está basado en los datos de 2.798 pacientes de 35 centros hospitalarios de 7 países, entre ellos España. La edad media de los participantes es de 67 años y un 59,5% de los mismos son varones. Los datos revelan que el 24% de ellos padecía una patología coronaria previa. Este factor se asoció con un mayor uso de soporte respiratorio, circulatorio y mayor proporción de eventos en el hospital: como fallo cardiaco o renal, insuficiencia respiratoria, sepsis o hemorragias.
Además, los pacientes con patologías cardiacas previas a la infección por COVID-19 presentaban un riesgo crudo de mortalidad un 24% superior al resto de la muestra. Los datos del registro también revelan que estos pacientes recibieron con más frecuencia tratamiento con corticoides y antibióticos; pero menos con hidroxicloroquina, antivirales o tocilizumab.
Influencia de los trastornos del sodio
Según el doctor Núñez Gil, coordinador del proyecto HOPE COVID-19 y primer firmante del estudio, investigadores del registro HOPE COVID-19 han analizado en otro subanálisis independiente la influencia de los trastornos del sodio en el momento del ingreso hospitalario para observar la influencia en la aparición de complicaciones y mortalidad por SARS-CoV-2.
Los datos corresponden a 4.664 pacientes (58% de ellos varones) con una media de edad de 66 años y que fueron ingresados entre los meses de enero y abril de 2020. Los trastornos de sodio son un factor conocido de morbimortalidad hospitalaria, debido al papel que juega el sodio en el equilibrio del agua en el organismo y el efecto del plasma en las células; lo que suele representar un factor de mal pronóstico en numerosas patologías.
Según dicho análisis, el 20,5% de los pacientes tenía hiponatremia en el momento del ingreso y un 3,7% presentaba hipernatremia. Ambos factores influyeron negativamente en el riesgo de sufrir sepsis y mortalidad asociada a la neumonía por SARS-CoV-2.
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