La política del burofax de Miediaset trata de minimizar el escozor provocado por la sentencia judicial del Juzgado de Primera Instancia número 74 de Madrid, al haber obligado a este Grupo, en su programa ‘Todo es Mentira’, a leer una segunda rectificación tras haber acusado a Atresmedia de estar detrás de la indignación por el presunto abuso sexual a Carlota Prado en ‘GH Revolution’.
Según Mediaset, ni el programa, ni la editora fueron condenadas, sino que la sentencia instaba a “hacer pública la opinión de Atresmedia en virtud del derecho de rectificación ejercitado por dicha entidad”. Ante esta situación, dicho Grupo remitió, en el habitual estilo de esa Casa, un burofax a prnoticias.com inquiriendo una rectificación “sin perjuicio de otras acciones legales”. Pero se puede confirmar que Mediaset sí que fue condenada, y además no se cumplió lo exigido en dicha condena, por lo que el Juzgado exigió su ejecución, al no haberse publicado la rectificación a la que fue condenada.
Mediaset, según la sentencia judicial, sí fue condenada, ya que ese verbo es el que utiliza la sentencia, a la publicación de dicha rectificación. Sin olvidar que, también impuso las costas del juicio a la parte demandada, o sea, a Mediaset. Una práctica habitual, por cierto, en las sentencias condenatorias.
Es de suponer que, al margen de un debate sobre terminología jurídica (labor que no corresponde precisamente a un medio de comunicación), habría que preguntarse por qué Mediaset tuvo que ser inquirida a una segunda lectura de la rectificación, al considerar el Juzgado que la primera no se adecuaba a lo exigido.
De la misma forma, lo cierto es que dicho Grupo continúa en su estrategia habitual de achacar y responsabilizar a terceros por sus propios errores. Porque hay que recordar que el clamor por lo sucedido en ‘GH Revolution’, no sólo se produjo en España, sino también en el extranjero, hasta llegar incluso a la portada de ‘The New York Times”.
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