“La sombra de un comisario complica la vida profesional de Cospedal: su bufete, espera a la Fiscalía”. Bajo ese titular, el pasado 8 de septiembre, prnoticias.com publicaba que CMS Albiñana & Suárez de Lezo seguían con detenimiento las derivadas de la investigación judicial de ‘Kitchen’, la operación que buscaba hacerse con información comprometida de Luis Bárcenes sobre la cúpula del PP.
Este pasado lunes, Pedro del Rosal, en ‘El Confidencial’, titulaba que “Bárcenas tiene la llave del futuro de Cospedal en CMS Albiñana & Suárez de Lezo”, siguiendo el mismo hilo de nuestra información, pero con casi medio año de retraso: que la imputación de la abogada del Estado, ahora socia de este prestigioso bufete, podría obligarle a tomar medidas con respecto a ella.
La pieza de este digital es tan sólo un síntoma más de la decadencia política y mediática de lo que algunos, dentro y fuera del PP, consideraban un “matrimonio inquietante” (como lo es la pareja podemita del Gobierno actual) donde ella, Cospedal, operaba desde la Secretaría General del partido y él desde fuera, apoyándose en una extensa red de contactos, trazados a lo largo de años de desempeño profesional como ‘conseguidor’.
“Hace unos años hubiera sido imposible que les tocaran un solo pelo”, admiten fuentes del partido del que ahora Cospedal parece no querer saber nada.
Tampoco Ignacio López del Hierro parece encontrar el eco adecuado para sus susurros, muy influyentes en determinados círculos periodísticos, políticos y económicos. Atrás han quedado los tiempos en que algunos hacían cola para doblar el espinazo ante el discreto exgobernador civil de tronante apodo (‘Polla de Hierro’), capaz de repartir favores y desbloquear problemas inmobiliarios para sus periodistas separados por la falta de amor o el exceso de calcio, por ejemplo.
Lo que le está sucediendo al dúo Cospedal-López de Hierro, que durante un tiempo se creyó la Isabel y el Fernando de la política española, es un duro golpe al relato de su lucha interna contra la corrupción con su enfrentamiento con Luis Bárcenas. Para algunos, a la luz de los hechos, las cosas son más simples: “Tan sólo querían deshacerse de alguien que controlaba la caja del partido para colocar a alguien de su confianza”.
Cierto o no, la decadencia del tándem Cospedal-López de Hierro es un hecho. Como lo es que todavía hay puntos oscuros por aclarar, desde la operación para descabalgar a Esperanza Aguirre aprovechando el suceso de Gran Vía, a la promoción de Cristina Cifuentes para situar a un peón afín en la Comunidad de Madrid, pasando por la concesión de canales de televisión de 2015.
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