El exceso de exposición de proyectos persigue la valoración de algunas de estas compañías, lo que está generando lo que los expertos califican como la “burbuja de las renovables”. Algunas grandes llevan semanas subiendo la temperatura en el sector. Para ello, han optado por generar impactos en los medios, de manera que se hable de un boom del sector que ya tuvo su momento en 2020 y que ahora pretenden reeditar “para optar a los fondos europeos de recuperación”, según los analistas consultados.
Los dircom de las principales compañías lo saben y están aplicando estrategias de comunicación, basadas en una permanente presencia, sobre todo, en los medios económicos. El círculo se cierra con la evolución bursátil, que posiciona a las empresas en los mejores puestos para ser candidatas al presupuesto que repartirá el Gobierno.
La más activa ha sido Acciona, que lleva semanas calentando en los medios de cara a su salida a Bolsa, una manera de aumentar la cotización. Sus permanentes anuncios de crecimiento y de expansión de los negocios, han dado la impresión de estar a la altura del mercado de, por ejemplo, las eléctricas, y cotizar a sus múltiplos.
Sin embargo, la estrategia de la compañía no parecía contar con el contenido del informe que debía remitir a la CNMV, en el que se incluyen las remuneraciones. Según éste, se ha podido saber que la remuneración del presidente José Manuel Entrecanales, y del vicepresidente, su hermano, fue de 35,3 millones de euros en 2020, cuando la compañía lidiaba con un ERTE de más de 2000 trabajadores.
La generación de expectación previa a conocer esta cifra, ha provocado que algunos de los medios que informaron del crecimiento de la compañía, lo hicieran también de este dato, dejando en entredicho la cultura de la empresa y, sobre todo, de su presidente.
Mandar a casa a más del 5 por ciento de la plantilla mientras se cobran 35,3 millones no es el mejor ejemplo. Y más, teniendo en cuenta los resultados del pasado ejercicio, que demuestran que el músculo de la compañía no es tan potente. El beneficio fue un 7 por ciento inferior al del 2019.
La estrategia ha sido generar una fiebre alcista en los medios, con el anuncio de su salida a Bolsa, a sabiendas de que esa corriente podría hacer subir la cotización.
“La apuesta es muy cortoplacista, ya que no se han tenido en cuenta otros elementos y actores fundamentales. Y, sobre todo, no se ha previsto la crisis de reputación que podría suponer el conocimiento de la remuneración del presidente y dueño de la compañía”, explican expertos en comunicación de crisis.
ACCIONA ha tenido que justificar el pago, lo que ha generado aún más expectación y, a su vez, ha rebajado las expectativas. Lo ha hecho argumentando que tuvo que desembolsar 22,8 millones de euros, para comprar la participación que a título particular mantenían los dos hermanos Entrecanales en Aigües Teer Llobregat (ATLL), una inversión en pérdidas que, según El Confidencial, trae causa por “el plantón que varios fondos dieron entonces a ACCIONA por la incertidumbre política de Cataluña”. ACCIONA, según este medio, compró las participaciones de ATLL a sus socios minoritarios, entre ellos, grandes fortunas catalanas como Leopoldo Rodés. También Liliana Godia y el marido de ésta Manuel Torreblanca, condenados en su día por evasión fiscal.
El acelerón mediático para ascender en el rally bursátil, ha sacado a la luz fantasmas que sólo veían los Entrecanales.
A eso se le llama morir de éxito.
Seguiremos Informando…
