En la Tierra a sábado, noviembre 23, 2024

LOS EXPERTOS DE AEGON RESUELVEN LAS DUDAS SOBRE LAS VACUNAS

Características, diferencias y similitudes entre las vacunas contra la COVID-19

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Covid-19

La velocidad a la que se han diseñado, fabricado y administrado las primeras vacunas contra la COVID-19 ha cuestionado su fiabilidad y eficacia.

El aniversario de la pandemia de la COVID-19 se acerca y todavía nos encontramos en momentos complicados en cuanto a contagios y muertes. Las nuevas cepas que aparecen dificultan la posibilidad de alcanzar la inmunidad de grupo, por lo que sólo nos queda confiar la efectividad de las vacunas.

Gracias a los esfuerzos de científicos y laboratorios de todo el mundo, contamos con varias vacunas. Detrás de su seguridad y eficacia hay décadas de investigación y experiencia en su desarrollo, pero también la aplicación de nuevas técnicas. Y es que, buena parte de su éxito está en la existencia de diferentes tipos de vacunas destinadas para actuar contra diferentes tipos de virus o gérmenes que provocan enfermedades.

Alvar Ocano, Gerente Médico de Aegon y Médico de Familia con especialización en Epidemiología, afirma que “tener dudas sobre lo que no se conoce es completamente normal y es uno de los motores que mueve la ciencia. Sin embargo, estas dudas pueden dar lugar a información falsa y bulos que vuelan como la pólvora en las redes sociales de forma mejor o peor intencionada”.

Los expertos de Aegon disipan dudas sobre las diferentes vacunas

1. Vacunas vivas atenuadas:

El funcionamiento de estas vacunas se basa en suspensiones de virus vivos, previamente debilitados, que producen una infección real pero más ligera e inducen una respuesta duradera y eficaz. Son perfectas para adultos porque tienen un precio más económico y son monodosis.

No obstante, pueden resultar peligrosas para inmunodeprimidos (personas mayores o con patologías graves), ya que pueden llegar a producir una infección grave. No hay ensayos de este tipo de vacunas para combatir la COVID-19, ya que se trata de un virus nuevo, del que no se dispone un medicamente definitivo y supondría correr riesgos. Algunas vacunas conocidas de este tipo son las del sarampión y la rubeola.

2. Vacunas inactivadas:

Similares a las anteriores, pero con la característica de que utilizan virus muertos, minimizando riesgos, ya que no pueden reproducirse. La inmunidad generada es menor, dura menos tiempo y necesitan de una doble dosis. Se trata de una modalidad más segura empleada contra enfermedades como Hepatitis B y el Papilomavirus.

Las vacunas chinas contra la COVID-19, como Coroovac (Sinovac) y Sinopharm, son vacunas inactivadas que al utilizar virus muertos presentan la ventaja de poderse mantener y transportar en frigoríficos convencionales.

3. Toxoides:

Este tipo de vacunas consiguen desactivar la toxina y lograr inmunidad contra la enfermedad y no contra el microorganismo. Por eso se utilizan en casos en los que la causa de la enfermedad no es el microorganismo, sino la toxina que éste produce. Esto ocurre sólo con algunas bacterias, como las responsables del tétanos o la difteria. En el caso del SARS-CoV-2, al tratarse de un virus que no genera toxinas, no existen ensayos de vacunas de este tipo.

4. Vector recombinante:

Estas vacunas inoculan un virus bueno (vector) que lleva en su interior, en vez de su ARN original, uno modificado para sintetizar las proteínas del virus malo. Cuando este virus entra en el cuerpo, no nos causa enfermedad, pero induce la inmunidad contra el virus malo porque expresa sus proteínas. De esa manera se erradicó la viruela en 1980.

De este tipo, en su modalidad no replicante, son las vacunas de AstraZeneca, la china CanSinoBIO de Petrovax, la británica de Johnson & Johnson y la rusa Sputnik V. Para todas estas se necesitan dos dosis.

5. Vacuna de ADN:

Consiste en la inyección directa de ADN a través de un plásmido o un vector de expresión. Este ADN codifica una proteína antigénica de interés que inducirá la activación del sistema inmune. En el caso de la COVID-19, tiene ARN y no ADN, por lo que no se están ensayando vacunas de esta tipología.

6. Las vacunas de ARN mensajero (ARNm):

Estas vacunas son fruto de los últimos avances en biotecnología, una tecnología compleja que ha supuesto una gran inversión en ciencia, por eso estas son las más caras. En este caso no se inocula el antígeno para desencadenar la respuesta inmunitaria, si no que se someten células vivas en laboratorios para que produzcan la mayor parte de la respuesta inmune e introducirles posteriormente de manera directa millones de ARNm que funcionan de molde de fabricación de anticuerpos. Para evitar que las ARNasas presentes en el medio interno (piel, aliento, etc) destruyan el ARNm antes de que cumpla su papel, se construye una envoltura lipídica protectora que permite aumentar su eficacia.

Las vacunas de Moderna, Pfizer y BioNtech se basan en esta tecnología. Como la envoltura lipídica de estas vacunas es muy débil, necesitan mucho frío para su conservación y transporte. Este pequeño inconveniente garantiza una inmunización segura, eficaz y muy rápida.

Seguiremos informando…

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