Los dispositivos digitales forman una parte esencial de nuestro día a día. A pesar de su gran utilidad, un uso inadecuado puede provocar cambios en los hábitos cotidianos de niños, jóvenes y adultos. Por ejemplo, ya se habla sobre el término “insomnio tecnológico”, un trastorno del sueño vinculado al uso de las nuevas tecnologías que, probablemente, se convertirá en un reto que afrontar en el futuro.
Alrededor del 30% de los niños/as en edad preescolar y entre el 50 y 90% de los escolares de más de 6 años y/o adolescentes, no duermen la cantidad de horas requeridas para un buen desarrollo. Este tema resulta preocupante, sobre todo, en edades tempranas, ya que los problemas de sueño o un inadecuado descanso inciden negativamente en la evolución de los niños y adolescentes, provocando problemas emocionales, dificultades de concentración y, por lo tanto, una disminución del rendimiento académico.
El uso excesivo de dispositivos digitales también puede ser la causa de molestias como dolor de cabeza, o problemas visuales. Además, niños y adolescentes se consideran más vulnerables al efecto negativo de los campos electromagnéticos debido a su inmadurez cerebral. Por otro lado, puede conllevar un mayor sedentarismo y favorecer la obesidad.
10 hábitos para hacer un uso adecuado de las nuevas tecnologías
1. Establecer un horario de uso para las pantallas en función de la edad del niño. Diferenciando entre la semana y los fines de semana.
2. No utilizar dispositivos electrónicos, como mínimo, una hora antes de ir a dormir.
3. Mantener las habitaciones libres de pantallas por la noche para facilitar el ciclo de sueño, evitando la luz azul y la exposición a los campos electromagnéticos.
4. Practicar una actividad tranquila antes de ir a dormir, como hablar, leer un cuento o un libro.
5. Limitar al máximo el número y la duración de las llamadas de móvil, así como los mensajes de texto.
6. Aplicar la regla del 20-20-20, cada 20 minutos apartar la mirada de la pantalla durante 20 segundos a una distancia de 20 pies (6 metros).
7. Equilibrar el tiempo de uso de dispositivos digitales con tiempos de desconexión y reservar tiempo para practicar ejercicio físico u otras actividades al aire libre.
8. Combinar las horas en las que estamos mirando pantallas o leyendo con otras actividades que comporten alternar la visión a diferentes distancias (lejos, media o cerca).
9. Para evitar la fatiga mental, así como la visual, y posibles contracturas musculares se recomienda desconectar cada hora durante 10 minutos, cambiar de postura con frecuencia y distraerse con alguna otra actividad, preferentemente de tipo físico.
10. Evitar el uso de pantallas durante las comidas. De esta manera, se fomenta la conversación y la convivencia, reduciendo el consumo de bebidas y alimentos calóricos y no picando durante el juego, ni entre comidas.
Hoy en día, un 75% los niños/as y el 60% de los adolescentes hace uso habitualmente de pantallas una hora antes de dormir y el 62,9% de los niños y adolescentes tienen el móvil permanentemente conectado, incluso por la noche. Es importante saber que el abuso de las nuevas tecnologías puede afectar a la salud de los más pequeños, por lo que se deben establecer unas pautas de uso adecuadas y prevenir posibles alteraciones que puedan afectar a su salud y desarrollo.
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