El diario alemán Bild acababa de calificar a Ayuso como “la heroína de restauradores y emprendedores”, cuando conocemos que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, presenta junto a Ciudadanos una moción de censura en Murcia.
La hoja de ruta para arrebatarle el poder al PP en esa región alerta al gurú de Ayuso que, de manera inmediata, decide adelantar las elecciones. La decisión no es menor, puesto que supone la obligada consulta a Génova y la dimisión de la presidenta. Dicho y hecho, la lideresa del PP, disuelve la Asamblea de Madrid y convoca elecciones.
Poco tiene que hacer Errejón y Gabilondo más que verlas venir.
Noqueados, presentan una moción de censura de la izquierda, a sabiendas que ya no tiene recorrido puesto que la presidenta ya había presentado su dimisión.
La jugada maestra de Rodríguez deja desconcertada a la oposición y, sobre todo, a su homólogo en el Gobierno, Iván Redondo. Dos apasionados de la política, que juegan al ajedrez con sus jefes, y que se enfrentan al mayor reto de su historia. Uno, librarse de Podemos a costa de los favores de Ciudadanos y el otro, librarse de Ciudadanos a costa de ganar la mayoría para Madrid.
De hecho, la primera decisión que adopta Ayuso tras la disolución de la Asamblea, es cesar a Aguado (Ciudadanos) como vicepresidente de su Gobierno, y al tránsfuga Garrido (30 años en el PP y ahora de Ciudadanos) y paracaidista trincón en Pinto.
Casado le dio el visto bueno a Ayuso que hace un año no le quiso dar. Las cosas ahora han cambiado y el PP necesita una mayoría abrumadora que refrende sus políticas y dé un poco de oxígeno en Génova, 13.
Las cartas están echadas. Aguado y Garrido en su casa y Madrid a resguardo de las políticas de Sánchez e Iglesias. Mejor dicho, de Sánchez porque de aquí a mayo (probable fecha de las autonómicas), el presidente ya habrá avanzado es su misión de suprimir a Iglesias del Gobierno y convocar elecciones anticipadas.
Lo que nos queda por ver…
Seguiremos Informando…