Hoy jueves se celebra el Día Mundial del Riñón, cuyo objetivo es concienciar a la población sobre la importancia de nuestros riñones y reducir el impacto de la Enfermedad Renal Crónica (ERC). Esta enfermedad, en muchas ocasiones poco conocida, afecta, según estudios realizados por la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), a más del 10 % de la población. Así un 22 % a los mayores de 65 años y hasta un 40 % a mayores de 80 años.
Pero no solo tiene una frecuencia elevada, sino que además su incidencia está creciendo asociado a hábitos de vida poco saludables que aumentan la frecuencia de enfermedades como la hipertensión arterial (HTA) o Diabetes Mellitus, causas más frecuentes de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) en nuestro país. El objetivo de aumentar su conocimiento es actuar sobre la prevención, intentado disminuir la frecuencia de esta enfermedad.
Según explica el doctor Fernando Tornero Molina, nefrólogo del Hospital La Luz y presidente de la Sociedad Madrileña de Nefrología, además, en su situación final va a conducir a la necesidad de diálisis, con todos los problemas asociados a esta situación. No solo el económico, ya que siendo la ERC en diálisis una patología que afecta a un 0.2 % de la población, consume un 2 % de los recursos. Pero a eso hay que añadir el mal pronóstico que tiene. “En la mayoría de estudios la supervivencia de los pacientes en diálisis es algo superior a la del cáncer de pulmón e inferior a la del cáncer de colon. Pero, por encima de todo, la diálisis supone un trastorno fundamental sobre la calidad de vida y la perspectiva vital del paciente”, asegura el doctor.
Cada año, el Día Mundial del Riñón tiene un lema. Este año es “Vivir bien con una enfermedad renal”. Como indica el nefrólogo del Hospital La Luz, la enfermedad renal crónica es una situación que prolonga de forma importante la vida del paciente, pero lo hace con unas limitaciones que pueden empeorar de forma significativa la calidad de vida. “La dependencia de una máquina y el tener que acudir a un centro de diálisis 3 veces por semana hace que el paciente reduzca mucho su expectativa vital. Existen pocos trabajos que permitan compatibilizar estas situaciones. Aunque se han desarrollado técnicas domiciliarias que aumentan la independencia de los pacientes y fomentan el autocuidado, su uso está menos extendido de lo que nos gustaría”, afirma Tornero.
Por todo ello es fundamental, y es uno de los objetivos de las asociaciones de pacientes y las sociedades nefrológicas, la concienciación de la sociedad y de las Administraciones para que se desarrollen programas encaminados a fomentar una mejor integración del enfermo renal en la sociedad facilitando su movilidad ya reducida y ayudando a la integración en la vida laboral.
“Si con estas medidas y otras muchas desarrolladas a lo largo del año conseguimos avanzar en esta línea de prevención e integración, conseguiremos hacer más agradable la vida de los enfermos renales”, concluye el doctor Fernando Tornero.
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