¿Qué pinta una ministra legitimando un ‘show’ como el de Rocío Carrasco en Telecinco? La pregunta es recurrente y pertinente. Al fin y al cabo, no se ve todos los días a una titular de Ministerio ejerciendo como colaboradora de ‘Sálvame’. Y si no, que se lo digan a Carlota Corredera, levitando y en éxtasis con que una ministra se haya metido en el charco.
Montero estaba ahí para dos cosas: hablar de lo suyo y ‘blanquear’ la enésima movida de los chicos de DonPaolo. Esto de la Carrasco ya apuntaba maneras desde la ‘promo’, como señalamos en su momento, y no ha defraudado.
Sólo un grupo como Mediaset es capaz de machacar durante décadas, a través de sus colaboradores y programas a Carrasco y luego presentarla (por precio, según parece, rondando el millón de euros), como una víctima de uno de esos colaboradores, a sueldo durante años, su exmarido Antonio David Flores.
Si Carrasco es una víctima de violencia de género y Flores un maltratador (ambos, de momento, presuntos al estar en sobreseimiento provisional), lo decidirá la Justicia y no una ‘troupe’ de sujetos que miraron para otro lado, cuando se dio un caso de violación en ‘GH Revolution’. Caso, por cierto, que a la ministra de Igualdad se le olvidó mencionar, vaya por dónde.
Esa “Justicia patriarcal” que definió Montero en ‘Sálvame’ y que, cutre Estado de Derecho, debe ser sustituida por la de DonPaolo y su nueva colaboradora ministra, que, de momento, han enviado a Flores al destierro.
Todo este Circo Price, con una Corredera hablando de “autocrítica [concepto tan querido por ciertos marxistas] de los micromachismos”. Y, todo esto, en la misma cadena que ha dado pábulo a todo tipo de turbios personajes y ha callado ante abusos diversos, resulta, por sus méritos, bendecido por la Titular de Igualdad.
Nunca se vio algo similar desde que George Orwell escribiera ‘1984’ y cambiara el sentido de los significados. Los Ministerios del Amor, de la Verdad, etc. salidos de la pluma del británico se transmutaron en “periodismo feminista”, defensa de la mujer, apoyo a las víctimas de la violencia de género… Justo lo que define todo lo contrario a lo que es.
Los que todavía conceden cierto margen de confianza, creen que la ministra patinó. Otros, sin embargo, no lo ven. Montero tiene su hoja de ruta, su ansia de protagonismo y su intención de poner en valor un Ministerio que, incluso en el Gobierno de coalición, no pocos observan como algo inoperante. La ministra ni se inmutó cada vez que Corredera cantaba las cifras de audiencia y exhibía plumón. No, Montero no sólo no se inmutó, sino que lo apuntaló.
El verdadero problema de todo esto es la frivolización de un tema preocupante como la violencia de género. Y, lo que es peor, la falta de estrategia política y mediática de la responsable de velar por evitarlo. Como en unos meses Flores acabe sentándose en un plató de Mediaset, a ver qué dirá la ministra Montero. Si conserva el puesto.
¡Te va a hacer una barriga, me dijo mi padre!
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