Los políticos consideran que la actividad de representación y defensa de intereses ante las instituciones es un pilar fundamental en las democracias modernas. Además, el lobby es visto como un derecho por los grupos de interés afectados y como una necesidad por los representantes públicos y políticos para tomar decisiones sobre una realidad que les resulta compleja y, a menudo, desconocida.
Así, el estudio revela que el lobby profesional y transparente es una actividad útil para el legislador y para el sistema democrático en su conjunto, al demostrar que tiene alta eficacia en España, sobre todo el ejercido directamente por las organizaciones. Un 89,8% de los encuestados considera útil o muy útil la participación de los grupos de interés en la detección de necesidades en la sociedad y el 83,9% en la identificación de preferencias de actuación pública. Sólo un 1,7% de los decisores políticos encuestados señala que las actuaciones públicas no se ven modificadas nunca o casi nunca como resultado de la actuación de los lobbies.
Los recelos hacia la actividad del lobista que todavía existen en determinados sectores de la opinión pública son atribuidos, principalmente, a malas prácticas del pasado; a ciertos prejuicios respecto a la clase política y empresarial, y a la falta de transparencia que aún impera en los procesos decisorios.
El sector reclama más regulación
Únicamente el 22% de los encuestados ve adecuada la normativa actual de los lobbies y más de la mitad (el 68,4%) es partidario de mejorar los mecanismos para la participación de los lobistas en la definición de las políticas públicas con una legislación a nivel nacional que integre o complemente la que ya se ha aprobado de manera dispersa en el ámbito autonómico o local.
El informe, asimismo, evidencia que el lobby no es una actividad exclusiva del sector empresarial; también hacen lobby las ONG, las asociaciones de vecinos e incluso los partidos políticos. El 83,9% de los representantes y cargos públicos encuestado admite que ha tratado con organizaciones sin ánimo de lucro representativas de intereses empresariales y colegios profesionales, aunque reconocen que las organizaciones empresariales son los lobbies más exitosos.
Para la presidenta de APRI, María Rosa Rotondo, “Este estudio viene a confirmar que los lobistas profesionales estamos bien asentados y en diálogo con los poderes públicos, y que lo que falta es regular definitivamente la actividad. Como decía un gran político en la inminente democratización de España, hay que elevar a la categoría política de normal lo que a nivel de calle es simplemente normal”.
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