“La Retuerka”, como ya han bautizado con sorna algunos excompañeros del partido morado, a la posible tentativa de regreso a la televisión de Pablo Iglesias, es toda una incógnita. Aunque de momento el líder de Unidas Podemos se haya hecho el sueco ante las próximas elecciones del 4-M, se da por hecho que en caso de debacle electoral, Iglesias no se quedará en la Asamblea de Madrid a pesar de su pretendida querencia por Vallecas.
El posible proyecto televisivo de Iglesias pasa por su amigo y mecenas Jaume Roures, considerado el pilar mediático del ‘procès’, que, a su vez, tampoco atraviesa sus mejores momentos. Su emporio, Mediapro, sigue solicitando el rescate y algunas auditoras no auguran nada bueno de cara al futuro, especialmente para la plantilla. Al fin y al cabo, Roures, tan revolucionario para unas cosas, siempre se ha comportado como un patrono explotador del siglo XIX cuando el panorama pinta mal. Los trabajadores de ‘Público’, versión papel, saben bien de qué pie cojea este Olmo Dalcó de pastaflora.
Aún así, si la idea de Iglesias pasa por hacer uso de alguno de los canales que gestiona Mediapro, tampoco resulta tan sencillo. En la actualidad, los dos canales “nacionales” de Mediapro son alquilados a terceros: Gol TV, propiedad de Unidad Editorial, y Ten, propiedad de Secuoya.
Fuentes del sector señalan que esto puede suponer un problema, ya que Mediapro mantiene una programación “neutra” (deportiva en uno, más centrada en el entretenimiento en el otro) en ambas cadenas. La “politización” de alguna de ellas con un espacio de opinión política a mayor gloria de Iglesias apuntan, podría no caer nada bien en sus propietarios.
Al fin y al cabo, Unidad Editorial mantiene una postura muy crítica con Iglesias y su partido, a pesar de tener alquilado su canal a Roures, que, tal vez por ello, se ha beneficiado de un trato más benévolo en sus medios. En el caso de Ten, de la Secuoya de Raúl Berdonés, no hay que olvidar que este referente de la gestión televisiva en España opta a contratos en diversas cadenas autonómicas, incluidas algunas en autonomías gobernadas por el centro derechoa y Berdones siempre ha huido de la politización. Lo suyo es el negocio televisivo, no las líneas editoriales.
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