María Dolores de Cospedal e Ignacio López del Hierro han pasado a ser imputados en Kitchen. Una situación que en prnoticias.com llevamos advirtiendo desde hace tiempo y que, finalmente se ha confirmado. Pero la imputación del matrimonio no queda sólo ahí.
Pero la imputación del matrimonio no queda sólo ahí.El verdadero temor ha llegado a una parte del sector periodístico y de la comunicación, donde los Cospedal-López del Hierro tejieron una red de relaciones clientelares que contribuyeron, entre otras cuestiones, a la promoción de la carrera política de la abogada del Estado.
Al respecto, puede decirse que Cospedal aprendió a tratar con los medios gracias a López del Hierro, mucho más curtido que su esposa, en un primer momento, sobre la importancia de contar con alfiles y peones en el terreno de la prensa y la comunicación.
López del Hierro, conocido de forma coloquial desde sus tiempos de gobernador civil como “Polla de Hierro”, siempre siguió esa premisa en su actividad empresarial -algunos la calificarían más bien de ‘lobbista’-: la de contar con fuerzas periodísticas a su servicio. Y esa enseñanza se la transmitió a su esposa, Cospedal, quien, desde que comenzó a alzar el vuelo en su carrera al ser fichada como consejera de la Comunidad de Madrid por Esperanza Aguirre en 2004. ¡Otra Rana!
Por entonces, López del Hierro ya mantenía una relación cercana con Cospedal y, según testigos de aquella época, el futuro marido venía manteniendo contactos con periodistas para promocionar a la política del PP. Unas relaciones que, a medida que Cospedal iba creciendo políticamente, iban aumentando. Según parece, López del Hierro sólo transformó las relaciones periodísticas de su actividad empresarial y las enfocó también hacia la promoción de Cospedal. Hasta el punto de que hay quienes consideran que esa política mediática influyó en su designación como secretaria general del Partido Popular.
Todo eso ha llevado, hasta la retirada a un discreto segundo plano del matrimonio, a la creencia de que los Cospedal-López del Hierro contaban con un “círculo” de periodistas de confianza, al margen de las relaciones habituales de políticos y empresarios con medios de comunicación. Así, el PSOE vio la mano de la pareja en la campaña de “La Gaceta” contra José Bono, por mucho que López del Hierro publicase una airada carta en el diario que dirigía Carlos Dávila, negando ser la “mano negra”, que mecía las informaciones sobre el patrimonio del político socialista. Curiosamente, tiempo después Dávila acabó, tras su ruptura con Intereconomía, recogido en la comunicación de Enresa, empresa gestora de residuos nucleares, donde la entonces presidenta castellanomanchega tenía mando en plaza. O en el ministerio de Agricultura, donde llegó un afamado periodista ligado a Prisa, de la mano de la pareja de Miguel Ángel Noceda, conocido periodista de altísima pureza del diario El País.
Tampoco hay que olvidar que Cospedal recurrió a Ignacio Villa, exdirector de Informativos de COPE, para dirigir la televisión castellanomanchega. Villa, durante años una pieza clave del ‘losantismo’ y luego uno de sus depuradores en la COPE, siempre mantuvo una estrecha relación con López del Hierro. Fuentes de la cadena episcopal señalan que el empresario llegaba a “asesorar” a Villa en la configuración de ‘La Mañana’, cuando se hizo cargo de ella tras la salida de Losantos.
Pero no son los únicos casos. Por el camino hubo agencias de comunicación “fajardas” que cerraban almuerzos y encuentros con López del Hierro. O altos cargos de algún periódico ‘mundial’ que se ufanaban de ser muy cercanos al matrimonio. E incluso periodistas económicos de supuesto progresismo que llevaron la ósmosis hasta la relación sentimental con personal de comunicación de Cospedal. Un personal, por cierto, en el que López del Hierro tenía mucho qué decir a la hora de realizar fichajes. Y eso que, como relató en sede parlamentaria el otro día, no había pertenecido nunca al PP. Aunque mandara mucho en él, por vía interpuesta.
Con esos mimbres, no extraña que algunos, ahora mismo, anden de lo más nerviosos. Y saldrán nombres de muchos prohombres del periodismo patrio, que recibían favores, gabelas (¡anda como el jubileta), y todo tipo de pagos, en especias, en casas, en alquileres, en dinero… ¿Se atreverá el Juez a llamarles?
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