El 50,4% de los españoles toma a diario menos líquido del recomendado, según los datos de la investigación sobre hidratación “Importancia del consumo de agua en la salud y la prevención de la enfermedad: situación actual”, realizada por expertos del Instituto Danone y publicada en la Revista Científica, Nutrición Hospitalaria.
Las mujeres deberían consumir al menos dos litros de líquido (agua, bebidas no alcohólicas o el agua de los alimentos) al día y los hombres, dos y medio, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Según el estudio, la mitad de las personas consumen diariamente menos del 80% de la cantidad recomendada. Los hombres son los que se hidratan peor, ya que un 59,2% de ellos no ingiere suficiente líquido, mientras que en las mujeres este porcentaje baja al 41,6 %.
Jordi Salas, miembro del Instituto Danone y uno de los autores de la revisión, explica que “una hidratación insuficiente tiene un impacto muy negativo sobre nuestro organismo. Nos hace propensos a sufrir cálculos renales y tener un mal funcionamiento del sistema urinario, y afecta la cognición y la memoria a corto plazo. Cuando la ingesta de líquidos es deficitaria y crónica se ha visto podría contribuir al desarrollo de hipertensión, tromboembolismo, ictus y otras enfermedades coronarias”.
¿Qué ocurre con la mala hidratación en edades avanzadas?
Leocadio Rodríguez, miembro del Instituto Danone, indica que “la deshidratación puede afectar a personas de cualquier edad, pero los niños pequeños y, especialmente, los ancianos son los grupos expuestos a un mayor riesgo de sufrirla”.
Según el estudio, en las residencias de mayores la deshidratación es más frecuente: puede observarse hasta en un 40% de las personas que viven en ellas, mientras que en el medio comunitario la padecen un 5% o 10 %.
“Algunos de los factores asociados a un mayor riesgo de deshidratación en las personas de edad avanzada son: los procesos infecciosos que provocan un aumento de las pérdidas de agua; la restricción de la movilidad que dificulta el libre acceso al agua, el uso de determinados fármacos con efectos diuréticos, y la pérdida de la sensación de sed que acompaña al propio proceso de envejecimiento y puede agravarse por algunos medicamentos o por el deterioro cognitivo”, afirma el doctor Rodríguez.
Los niños, los más afectados
Un estudio publicado recientemente, coordinado por Luis Moreno, miembro del Instituto Danone, revela que hasta un 70% de los niños y adolescente ingieren diariamente menos agua de la recomendada por la EFSA.
Además, un 40% de los niños y un 50% de los adolescentes toman bebidas azucaradas diariamente, siendo las bebidas a base de zumo de frutas las que más contribuye a este porcentaje. No obstante, un 20% de los adolescentes ingieren sólo un vaso de agua al día.
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