Orgullo de pertenencia, plan de carrera, remuneración por antigüedad, ascensos, reconocimientos, liderazgo, compromiso; son conceptos que para la generación de los job hopping (salto de trabajo) tienenpoco o nulo interés. Practicar una gran movilidad laboral ha convertido a parte de los profesionales más jóvenes en los Infieles de las empresas.
Cambiar de trabajo cada dos, tres años como máximo. No crear vínculos con la estrategia y filosofía de la empresa, sin apenas desarrollar lazos corporativos con el empleador, con poco interés en los planes, no ya de futuro, sino los de corto plazo. Son características comunes a esos que practican el salto de trabajo, los job hopping.
Su perfil, no más de 35 años, con estudios superiores y muy habituados al uso de las ya no tan nuevas tecnologías. ¿Dónde está el problema? ¿Son las empresas y su incapacidad de seducir a sus empleos?, o ¿son los empleados los que no quieren anclarse a una misma institución?, o ¿es el propio mercado el que propicia esta situación?. Es muy probable que un poco de todo.
En esta realidad, se abren diferentes cuestiones a las que debemos intentar dar respuesta: ¿qué deben hacer los responsables de RRHH para evitar la fuga continua de profesionales?, ¿qué función deben tener los departamentos de Comunicación Interna de las empresas?, ¿hacia dónde deben ir sus funciones?, ¿la dirección de las empresas debe iniciar políticas y estrategias de permanencia de sus empleados?
Cierto, que la evolución de los departamentos de Comunicación Interna, en los últimos años, también ha sido notable, pero es muy posible que aún tengan que ampliar y modernizar sus funciones de cara al empleado. En muchos casos se cuida más la comunicación externa, que lo que ocurre en el interior de las empresas. Y es posible que esto incida directamente en “el orgullo de pertenencia” y en la fidelidad.
El otro día escuchaba la reflexión de una madre “mi hijo deber ser muy tonto, o muy listo. Los trabajos no le duran, siempre está cambiando de ocupación”. Viene a demostrar un cierto estado de clima laboral.
Está claro que no es café para todos. Cierto que hay empresas que carecen de interés por cultivar la fidelidad. No obstante, y aquí viene mi reflexión ¿Qué deben hacer las estructuras empresariales?
Hoy existen procesos de Comunicación interna que han generado una mirada diferente del empleado al empleador. Lo que ocurre dentro debe ser comunicado al empleado con transparencia. Igual que su situación actual, sus posibilidades de ascenso y de carrera, sus objetivos, su remuneración. Y no menos importante su formación.
Para ello, hay que olvidar el tablón de anuncios o el “ya hablaremos cuando pases a recoger la nómina”. Eso ya no vale hace tiempo, no es suficiente.
Ahora hay apps diseñadas para que cada empleado reciba en sus dispositivos información puntual de la compañía y del camino que puede recorrer. Información personalizada a la que tener acceso sin tener que molestarse.
La generación de los job hopping deben valorar las alternativas que se les ofrecen, pero serán menos “inquietos” si están puntualmente informados de cada movimiento que haga la empresa. Y como puede beneficiarle y así valorar con mayor rigor futuros cambios en su carrera profesional.
Cuidar la Comunicación Interna y dotarla de los medios necesarios para su buen funcionamiento, es un éxito en las corporaciones empresariales. “Un empleado contento trabaja mejor”. Lo cierto es que un empleado informado correctamente siempre valorara mejor a su empresa, la conocerá mejor y todo ello redundara en una mayor permanencia.
Puedo ser infiel, pero antes he valorado y entendido todas las expectativas y realidades que me ofrecen en mi compañía.