En España, durante el verano, los termómetros superan los 30º y es habitual llegar incluso a los 40º en muchas partes del país. Por este motivo, algunas personas pueden acabar sufriendo las consecuencias de las altas temperaturas y las olas de calor.
Existen tres niveles de riesgo en función de las temperaturas máximas previstas. Situación de normalidad cuando las temperaturas no son superiores a 36,5º; situación de precaución (Alerta tipo 1) cuando la temperatura máxima prevista para ese día o alguno de los cuatro siguientes es superior a 36,5º; y situación de alto riesgo (Alerta tipo 2) cuando la temperatura máxima prevista para ese día o alguno de los cuatro siguientes es superior a 38,5º.
¿Quiénes son las personas más susceptibles a las olas de calor?
– Niños menores de un año, dado que su cuerpo aún no ha adquirido suficiente destreza para regular su temperatura.
– Niños obesos o desnutridos. Además de aquellos con fiebre o diarrea.
– Personas con enfermedades crónicas cardiacas, renales o neurológicas.
– Personas mayores
– Personas con la piel muy quemada.
– Personas que han consumido alcohol o drogas.
El doctor Alvar Ocano, gerente médico de Aegon, explica que “estas situaciones pueden llevar, en algunos casos, a tener consecuencias más graves como el agotamiento por calor o el golpe de calor, la popular insolación, llegando a ser mortal o a dejar importantes secuelas. En el caso de los golpes de calor el cuerpo no es capaz de controlar la temperatura y podemos llegar a perder la conciencia, por lo que una medida inmediata es acudir a urgencias”.
Consejos para prevenir los efectos del calor
– Bebe agua antes de tener sed. Una continua hidratación es elemental para mantener el equilibrio entre nuestro cuerpo y nuestro cerebro. Estas bebidas no deben estar nunca demasiado frías, siempre es mejor tomarlas a temperatura ambiente.
– No te excedas comiendo. Hacer comidas ligeras y evitar comidas copiosas y calientes ayuda en gran medida a reponer las sales minerales que se pierden con el sudor. Alimentos como verduras, hortalizas, ensaladas y gazpachos, así como futas de verano como el melón y la sandía son muy recomendables por su alto contenido en agua y sales minerales.
– Evita las radiaciones solares. En el exterior es recomendable protegerse del sol y evitar salir a la calle en las horas más calurosas del día, entre las 12 del mediodía y las 3 de la tarde. En casa, hay que procurar abrir las ventanas para ventilar antes de las 08.30 de la mañana y, después de esta hora, oscurecer la habitación con persianas o cortinas para bloquear el sol será la mejor opción.
– Regulación de la temperatura corporal. Además de la ropa que utilices, las duchas cortas y templadas antes de meterte en la cama pueden ayudar. Los paños de agua fría también son muy aconsejables, aplicándolos en las partes más sensibles del cuerpo antes de irnos a dormir.
Para finalizar, es importante destacar que, en el caso de tener posibles signos de problemas en nuestro cuerpo derivados del calor, es recomendable alejarse del sol, beber agua y tomar algo salado. Si la situación no mejora en 30 minutos será necesario acudir a un profesional médico.
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