En la Tierra a jueves, 25 abril, 2024

LAS TEMPERATURAS EXTREMAS MUY ALTAS PUEDEN TENER EFECTOS SOBRE LA SALUD DE LA POBLACIÓN

Consejos para prevenir las olas de calor y el efecto que tienen en nuestra salud

LOS GOLPES DE CALOR PUEDEN DEJAR IMPORTANTES SECUELAS O, INCLUSO, CAUSAR LA MUERTE

Los expertos de Aegon recomiendan mantenerse hidratado, evitar las horas más calurosas del día y vestir ropa ligera.

En España, durante el verano, los termómetros superan  los 30º y es habitual llegar incluso a los 40º en muchas partes del país. Por este motivo, algunas personas pueden acabar sufriendo las consecuencias de las altas temperaturas y las olas de calor.

Existen tres niveles de riesgo en función de las temperaturas máximas previstas. Situación de normalidad cuando las temperaturas no son superiores a 36,5º; situación de precaución (Alerta tipo 1) cuando la temperatura máxima prevista para ese día o alguno de los cuatro siguientes es superior a 36,5º; y situación de alto riesgo (Alerta tipo 2) cuando la temperatura máxima prevista para ese día o alguno de los cuatro siguientes es superior a 38,5º.

¿Quiénes son las personas más susceptibles a las olas de calor?

– Niños  menores de un año, dado que su cuerpo aún no ha adquirido suficiente destreza para regular su temperatura.

– Niños obesos o desnutridos. Además de aquellos con fiebre o diarrea.

– Personas con enfermedades crónicas cardiacas, renales o neurológicas.

– Personas mayores

– Personas con la piel muy quemada.

– Personas que han consumido alcohol o drogas.

El doctor Alvar Ocano, gerente médico de Aegon, explica que “estas situaciones pueden llevar, en algunos casos, a tener consecuencias más graves como el agotamiento por calor o el golpe de calor, la popular insolación, llegando a ser mortal o a dejar importantes secuelas. En el caso de los golpes de calor el cuerpo no es capaz de controlar la temperatura y podemos llegar a perder la conciencia, por lo que una medida inmediata es acudir a urgencias”.

Consejos para prevenir los efectos del calor

Bebe agua antes de tener sed. Una continua hidratación es elemental para mantener el equilibrio entre nuestro cuerpo y nuestro cerebro. Estas bebidas no deben estar nunca demasiado frías, siempre es mejor tomarlas a temperatura ambiente.

No te excedas comiendo. Hacer comidas ligeras y evitar comidas copiosas y calientes ayuda en gran medida a reponer las sales minerales que se pierden con el sudor. Alimentos como verduras, hortalizas, ensaladas y gazpachos, así como futas de verano como el melón y la sandía son muy recomendables por su alto contenido en agua y sales minerales.

Evita las radiaciones solares. En el exterior es recomendable protegerse del sol y evitar salir a la calle en las horas más calurosas del día, entre las 12 del mediodía y las 3 de la tarde. En casa, hay que procurar abrir las ventanas para ventilar antes de las 08.30 de la mañana y, después de esta hora, oscurecer la habitación con persianas o cortinas para bloquear el sol será la mejor opción.

Regulación de la temperatura corporal. Además de la ropa que utilices, las duchas cortas y templadas antes de meterte en la cama pueden ayudar. Los paños de agua fría también son muy aconsejables, aplicándolos en las partes más sensibles del cuerpo antes de irnos a dormir.

Para finalizar, es importante destacar que, en el caso de tener posibles signos de problemas en nuestro cuerpo derivados del calor, es recomendable alejarse del sol, beber agua y tomar algo salado. Si la situación no mejora en 30 minutos será necesario acudir a un profesional médico.

Seguiremos informando…

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