El verano, aunque pueda parecer un periodo de relajación y descanso, suele favorecer la aparición de problemas de salud mental en los adolescentes. Los trastornos de la conducta alimentaria, un aumento en el uso de pantallas, el incremento del consumo de sustancias como alcohol, tabaco y cannabis, o cuadros de ansiedad por expectativas incumplidas, son algunos de los ejemplos.
La situación de nueva normalidad que vivimos actualmente está afectando de manera importante a los jóvenes, generándoles una sensación de pérdida de su adolescencia. El doctor José Ángel Alda, Jefe de Sección de Psiquiatría infanto-juvenil del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, afirma que “los jóvenes no ven claro cuándo podremos recuperar el mundo que conocíamos antes de la COVID-19, lo que en la franja de 16-20 años es muy duro a nivel relacional y a nivel emocional”.
Según un informe del Hospital Sant Joan de Déu, entre enero y marzo se han atendido un 47% más de urgencias de salud mental en adolescentes que en el mismo periodo del año pasado. Duplicando así los registros del primer trimestre del año con respecto a los de 2020.
Consejos para que los adolescentes pasen el verano con buena salud mental
Controlar sus horarios. Se recomienda seguir unas rutinas estables y tratar de que no se levanten después de las 10.30 horas de la mañana y no se acuesten excesivamente tarde.
Vigilar su alimentación. Es importante controlar sus comidas para detectar posibles indicios de un trastorno y consultar con un profesional en caso de duda.
Limitar el uso de tecnología. Es conveniente vigilar el tiempo que dedican a estos dispositivos e insistir en que interrumpan su uso una o dos horas antes de ir a dormir y dejen el móvil fuera de la habitación durante la noche.
Ayudarles a encontrar aficiones. El verano es el momento perfecto para probar aficiones nuevas como practicar deportes acuáticos, aprender a tocar un instrumento, salir a correr o aprender a dibujar.
Compartir aficiones. Dedicad tiempo de calidad juntos, realizando alguna actividad en la que toda la familia disfrute.
Campamentos o colonias de verano. Estos espacios son ideales para que conozcan a personas de su edad y forjar nuevas relaciones en un entorno controlado.
Insistir en la necesidad de las medidas de prevención de la COVID-19. Explícale que se debe continuar manteniendo la distancia de seguridad, así como el uso de mascarilla y la limpieza de manos constante.
Hacer que colabore en casa. Preparar la comida, sacar la basura o barrer el suelo son tareas del hogar con las que se sentirá útil y con las que estará preparándose para la vida adulta.
Explicar los riesgos del alcohol y otras drogas. Durante el verano los adolescentes aumentan la interacción social e incrementa el riesgo de comenzar a consumir alcohol y otras sustancias. Conversar de forma tranquila y empática de drogas y sexualidad os acercará como familia y resolverá posibles dudas.
Confirmar que continúa el tratamiento. Si está siguiendo un tratamiento, es importante que no lo abandonen durante el verano para evitar que su problema se agrave.
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