‘Asuntos públicos’, esa gran asignatura pendiente en España, es cátedra en la agencia Atrevia. Experta en el tema y referencia en el mercado, tiene en Manuel Mostaza, su director de Asuntos Públicos, al maestro perfecto.
Conversamos con él sobre el recorrido de la disciplina, pre y post pandemia. Es un camino que define como largo, no por lo hecho, sino por lo que a España le falta por hacer.
“Asuntos públicos es la disciplina mediante la cual las entidades interactúan dentro de un ecosistema complejo que es el ecosistema público. Todo el mundo tiene derecho a ser escuchado en el debate público, pero las empresas y las organizaciones han prestado hasta ahora poca atención a este derecho. Y en Atrevia ayudamos a que todos los actores sean escuchados”, explica.
Y tras definir la materia, Manuel Mostaza profundiza. Responde a las preguntas y nos da lecciones de ‘asuntos públicos’. Sin duda, un valor para la agencia.
Asuntos públicos… ¿Sigue significando lo mismo tras la pandemia?
Sigue siendo muy necesario, porque precisamente la pandemia ha descolocado a elementos en el tablero de juego: regulaciones, comportamientos. Partiendo de allí, el ámbito de los asuntos públicos es ahora más relevante. La pandemia ha supuesto un cambio en cosas que antes eran estables, esto hace que empresas y organizaciones necesiten tener claro que su voz va a ser escuchada dentro de ese debate público, además, en torno a los temas que a la sociedad le interesan. Ahora, las entidades que tienen que ver con esos temas tienen más necesidad de ser escuchadas.
¿La pandemia ha provocado en la estrategia de Atrevia cambios relacionados con el abordaje de los asuntos públicos?
Nuestra estrategia es mantener una fuerte rigurosidad metodológica. Trabajamos con una metodología testada para ayudar al cliente en su participación en ese debate. Nuestra estrategia está en reforzar nuestro servicios en Bruselas y Lisboa, donde queremos consolidarnos como la gran empresa española de asuntos públicos.
Hablemos de España. ¿Cómo se gestiona esta disciplina desde el Gobierno?
Lo que se está intentando hacer es regular la disciplina, regular las agendas de los funcionarios públicos. Todo lo que añada transparencia y profesionalización es bueno. Aquí no hay mucha tradición. Que las empresas defiendan sus intereses no debe estar mal visto y eso a España ha llegado tarde. La propia sociedad y los medios tienen que entender que las entidades deben defender sus intereses. Asuntos públicos no es solo lobby, también son relaciones institucionales, estrategias en el medio plazo, estar en este mundo y tener una relación razonable con los actores del ecosistema.
Movimientos en la Moncloa… ¿En qué medida influyen en la vida de los ciudadanos y la gestión de sus problemas?
Hay que tener en cuenta que el interés por la política no es mayoritario, ni en la sociedad española ni en ninguna otra. Las encuestas del CIS dicen que a un 40% de la ciudadanía no le interesa la política. Este tipo de cambios tienen más importancia para las empresas y los medios. Por supuesto, los movimientos en la Moncloa influyen en la vida de los ciudadanos, pero de manera indirecta. Las economías de Europa occidental tienen un poder de lo público grande, es evidente la afectación.
¿Qué recomendaciones le haría a la Moncloa para que los movimientos políticos fuesen entendidos y bien recibidos por los españoles?
Es un tema de comunicación política. Lo que tiene que hacer este y cualquier gobierno es escuchar a la ciudadanía, a la voz de la calle, a las empresas, a las ONG, a las entidades, a toda la sociedad, e intentar responder a estos actores. La legitimidad del gobierno está en tomar las decisiones. El problema no es que las sociedades sean heterogéneas, sino que la comunicación con todos los actores sea efectiva. Se debe hacer un intento por mejorar la comunicación de manera bidireccional para escuchar las demandas de la sociedad.
¿Mismas recomendaciones para el Gobierno de la Comunidad de Madrid?
Díaz Ayuso gestiona una comunidad muy importante, con recursos y capacidad regulatoria. Es importante que por lo menos escuche. La clave de los asuntos públicos no es tanto el lobby sino conseguir ser escuchado, eso no significa que las demandas vayan a ser atendidas, pero al menos sí deben ser escuchadas. En una sociedad moderna no podemos regular de espaldas a los afectados teniendo toda la legitimidad para tomar decisiones. Hay que escuchar a los madrileños de distintos sectores y actividades.
Asuntos públicos y RRSS. ¿Dónde está la relación?
Cuando trabajamos en asuntos públicos, una de las cosas que hacemos es desarrollar narrativas relacionadas con los intereses para defenderlos, y las redes sociales son una herramienta más. Las redes sociales están relacionadas con los jóvenes y, tradicionalmente, los jóvenes se interesan y participan poco de la policía y lo público, eso forma parte de los procesos de maduración generacionales y personales. Pero nadie es joven eternamente, cuando llegamos a los 40 cambian las pautas de comportamiento. Lo importe es dejar, por todos los canales, un mensaje claro sobre los asuntos públicos, porque los problemas de una sociedad los planteamos entre todos, no solo una parte. Hay que definir y proponer respuestas entre todos, pensar que la administración lo va a ser todo es de ingenuos.
¿Cuál es el futuro de la disciplina en España?
Yo soy optimista, creo que el hecho de que esta disciplina esté llegando a España es un síntoma de madurez de la sociedad. En este cambio que se está produciendo sobrevivirán las empresas de comunicación que ofrezcan servicios profesionales y no se limiten solo a tener una agenda de contactos. El mercado en España es bueno, hay gente muy preparada, disciplinas académicas con buenos profesionales. Es un mercado en crecimiento y las organizaciones, así como tienen una política de comunicación, también deben tener una política de relacionarse con lo público.
