En España, cada año se diagnostican 6.000 personas con linfoma. Se trata de un tumor que se caracteriza generalmente por el aumento de tamaño de uno o varios ganglios linfáticos en algunas zonas del cuerpo como el cuello, las axilas o las ingles.
La aparición de fiebre, sudoración nocturna, cansancio inusual, pérdida de peso, problemas respiratorios, picores persistentes sin lesiones visibles o el aumento del perímetro abdominal son algunos de los síntomas del linfoma, que pueden llegar a confundirse con los de otras enfermedades.
Desde el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) se suman un año más al Día Mundial del Linfoma con la distribución de un cartel informativo en todos los hospitales y centros de salud de España. A través de dicho cartel, se pretende recordar a la población los principales signos de este tumor, concienciándola sobre la urgencia de acudir al especialista ante cualquier sospecha.
Linfoma: prevención e investigación
Invertir en investigación y en profesionales bien cualificados es imprescindible para conseguir diagnósticos más exactos y tratamientos más específicos para cada paciente. De esta manera, se ayudaría a evitar las recaídas y a mejorar la cifra de mortalidad, que actualmente se sitúa en 7 fallecidos por 100.000 habitantes.
Daniel Torres, secretario de acción social de SAE, explica que “existen más de 60 clases de linfoma, dependiendo del tipo de células inmunes afectadas. Conocer cuanto antes al que nos enfrentamos es importante para conseguir un tratamiento adecuado y evitar recaídas. El diagnóstico en las primeras fases puede ser difícil ya que los síntomas no son específicos, pero pueden orientar al médico y permitir un diagnóstico temprano. Esto mejorara el efecto de los tratamientos y el pronóstico de la enfermedad y, por lo tanto, la calidad de vida del paciente”.
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