La trombosis es responsable del infarto agudo de miocardio, el ictus isquémico y el tromboembolismo venoso (TEV). Cada minuto, una persona es diagnosticada de trombosis en el mundo y otra fallece como consecuencia de esta enfermedad cada 6 minutos. Aunque representa uno de cada cuatro fallecimientos en el mundo, sigue siendo una patología desconocida entre la población.
La Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) y la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) conmemoran el Día Mundial de la Trombosis a través de la campaña “Acércate a la hematología. Conocemos tu sangre, ¿nos conoces tú?”.
La COVID-19 ha dado a conocer un poco más la trombosis, ya que el propio virus puede causar cuadros trombóticos. Además, se ha añadido el confinamiento, que indujo a muchos ciudadanos a pasar largos periodos de tiempo sentados frente a la televisión o al ordenador. Por todo esto, los casos de tromboembolismo vascular han aumentado entre los jóvenes sin un factor de riesgo previo.
Joan Carles Reverter, presidente de la SETH, afirma que “el TEV es responsable de más muertes cada año que la combinación de cáncer de mama, VIH y accidentes de tráfico, datos que muchas personas desconocen y por eso queremos insistir en la importancia de su prevención”.
Hospitalización y trombosis
Hasta un 60% de los casos de TEV ocurre durante o después de una hospitalización. “Es necesario que la sociedad conozca que, de forma general, tras el alta hospitalaria, existe una situación de riesgo adicional, lo que obliga a emplear medidas preventivas contra la trombosis”, destaca Reverter.
Según advierte el presidente de la SETH, “es muy importante que tanto los profesionales como los pacientes sepan reconocer los síntomas de la enfermedad para llamar la atención sobre el diagnóstico y empezar el tratamiento rápidamente para evitar complicaciones”.
Factores de riesgo del TEV
El TEV afecta a personas de todas las edades, razas y etnias, hombres o mujeres. Determinados factores y situaciones pueden aumentar el riesgo de desarrollar un coágulo potencialmente mortal.
El riesgo más alto de padecer la enfermedad va asociado a episodios de cirugía mayor, la hospitalización y la inmovilización prolongada, al cáncer o a presentar alteraciones genéticas que favorezcan la coagulación de la sangre.
Además, otros factores como la edad avanzada, presentar antecedentes familiares de coagulopatías y tratamientos como la quimioterapia, terapias de reemplazo hormonal y anticonceptivos orales también pueden favorecer la aparición del TEV.
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