“De la mierda de las macrogranjas no se dice Ni Mu”. Con esta premisa, Greenpeace acaba de lanzar una campaña con la que, durante las próximas semanas, denunciará el impacto silenciado de las macrogranjas.
La organización ha elaborado un informe y calculado la emisión de GEI por cada comunidad autónoma en el año 2019, con los datos oficiales del MAPA de producción ganadera, y concluye que, solo en ese año, la ganadería fue responsable de la emisión de 69,4 millones de toneladas de CO2 en nuestro país.
Las CCAA que más contaminan
Según la organización, las tres comunidades autónomas con más GEI por producción ganadera son:
Catalunya, que fue la comunidad autónoma que más contribuyó al cambio climático a través de la producción cárnica, acumulando casi el 30% de las emisiones totales, 20,5 millones de toneladas de CO2 equivalente. Esto se debe a la acumulación de la producción de carne, principalmente carne de cerdo.
Galicia le sigue con la emisión de 8,4 millones de toneladas de CO2 eq., un 12,1% del total de emisiones.
Castilla y León fue la tercera comunidad que más contribuyó al cambio climático a través de la ganadería, con la emisión de 7,3 millones de toneladas de CO2 eq., lo que supuso un 10,5% de las emisiones totales.
Estas tres comunidades superarían la mitad de las emisiones totales generadas por la ganadería en 2019 en España (52,2%).
Los cerdos, a la cabeza
En cuanto a un análisis por sectores, para Greeenpeace es incuestionable el peso y la responsabilidad del sector porcino en la crisis climática que, con un 50% de las emisiones, se sitúa en cabeza. Le siguen el sector vacuno, con un 34% de las emisiones, y el de aves de corral, con un 14%. Muy detrás viene el sector ovino y caprino, que sigue manteniendo un modelo menos industrializado, más tradicional y arraigado al territorio, con un 2,5% de las emisiones.
“Estas cifras son preocupantes y además están subestimadas ya que hay datos del MAPA no contabilizados por ser confidenciales. Por ejemplo, en Castilla-La Mancha no se ha podido incluir la contribución de la producción de carne de aves porque no se ha publicado ese dato, con lo cual, las emisiones reales de Castilla-La Mancha en 2019 fueron mayores de las que hemos podido estimar aquí. Lo mismo ocurre con Euskadi, Cantabria, La Rioja, Región de Murcia o Extremadura”, explica Paloma Nuche, doctora en ecología y consultora del informe.
El cálculo de los 69,4 millones de toneladas de CO2 eq., generados por la producción ganadera en 2019, incluye tanto las emisiones directas como indirectas. Pero los datos oficiales y los proporcionados por la industria cárnica se limitan a cuantificar únicamente las emisiones directas, omitiendo información y suavizando una situación muy grave.
El Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero estima 24,9 millones de toneladas de CO2 eq. para el mismo año, una cifra significativamente menor que los 69,4, que incluyen las emisiones indirectas. Solo el sector ganadero español estaría emitiendo más que todo el país de Portugal en su conjunto, sin considerar sus emisiones indirectas.
“La emergencia climática y el colapso de la biodiversidad exigen acciones urgentes, valientes y contundentes. Hace falta una transformación radical del sistema productivo. Es crucial una moratoria inmediata a la ganadería industrial, ni explotaciones nuevas ni ampliaciones de las existentes, así como reducir gradualmente la cabaña ganadera en intensivo hasta alcanzar un 50% menos en 203”, dice Luis Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España.
El responsable de agricultura de Greenpeace España también ha informado que, desde el arranque de la campaña #HablaRural, Greenpeace ha reunido ya más de 200.000 firmas ciudadanas exigiéndolo, y continuarán trabajando para que se convierta en una realidad.
Seguiremos comunicando…