Irene Matías es la Directora General de la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales (APRI), una organización que desde marzo de 2008 agrupa a los profesionales de los Asuntos Públicos en España. Con ella hemos hablado en exclusiva sobre esta disciplina en España, su pasado, su presente y, sobre todo, su futuro.
Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad Complutense de Madrid, Irene Matías tiene una amplia experiencia como directora de Asuntos Públicos en varias empresas. Por eso su voz en una de las más calificadas para hablar del sector.
Con ella hemos comprobado que los Asuntos Públicos es una disciplina cada vez más reconocida y demandada en España, y que con la llegada de la COVID-19, está siendo aun más necesaria. Antes de la pandemia, los socios de APRI superaban el centenar. Hoy alcanzan los 200. Los números hablan por sí solos.
Y así, Irene Matías reflexionó con PRNoticias.com sobre la realidad del sector. Desde APRI, entre sus logros: la aprobación del Código de Autorregulación. Entre sus retos: que España regule la actividad. Estas fueron sus respuestas.
Desde su punto de vista y experiencia, ¿en qué punto se encuentra esta disciplina en España?
Es un momento de consolidación del sector. La crisis derivada de la pandemia ha permitido visibilizar y poner en valor a los profesionales de los asuntos públicos. Prueba de ello, es el incremento de socios en APRI. En lo que va de año, se han incorporado más de 70 profesionales, hemos crecido 35%, y ya superamos los 200 socios profesionales y las 16 organizaciones, entre las que figuran asociaciones empresariales, consultoras de lobby, empresas y ONGs. Los datos demuestran el auge y proliferación de esta actividad en España.
Hablemos de la regulación de la disciplina, sus tiempos y procedimientos. ¿Qué pide APRI al Gobierno para acelerar este proceso?
En APRI llevamos pidiendo una regulación de los grupos de intereses desde nuestra constitución en 2007. Desde entonces ha habido varios intentos en las sucesivas legislaturas, que no han llegado a materializarse por la falta de voluntad política. Actualmente hay dos iniciativas en marcha, un anteproyecto de ley de regulación de los grupos de interés en el Ministerio de Hacienda y Función Pública, y una toma en consideración aprobada en el Congreso para la reforma del reglamento con el objeto de regular los grupos de interés.
¿Por qué el retraso?
Tememos que su demora caiga de nuevo en saco roto en un momento crucial, de la intensa acción de los lobistas en nuestro país, con la llegada de los Fondos Europeos y las reformas estructurales aparejadas. Desafortunadamente, la transparencia en la acción de los grupos de interés no está garantizada en nuestro ordenamiento a nivel nacional, con lo cual la capacidad de control sobre la gestión de los Fondos Europeos se puede ver mermada.
Académicamente hablando, ¿preparan con suficiencia las universidades a los profesionales en esta materia o aún hay mucho camino por recorrer?
Los profesionales de los asuntos públicos están muy preparados, prácticamente todos son licenciados. Provienen de diversas disciplinas necesarias para el desarrollo de la actividad: Derecho, Periodismo, Comunicación, Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales, Economía, Sociología, etc. Creo que todas estas disciplinas son una base bastante sólida para desempeñar la actividad. Además, actualmente hay varios Seminarios, Másteres o Posgrados que los acerca a la actividad en su conjunto y les permite conocer tendencias, ampliar y actualizar conocimientos. Por otro lado, en el día a día, el continuo seguimiento y contacto con la actualidad política, económica y social nos permite renovar y actualizar nuestros conocimientos y experiencias.
¿Está la sociedad, las organizaciones y los actores políticos españoles suficientemente preparados para tener un diálogo efectivo?
Las democracias modernas están cada vez más moldeadas por las relaciones entre políticos, las organizaciones y la sociedad. Sin embargo, a veces, la comunicación puede fallar y aquí es donde entran en juego los profesionales de los asuntos públicos. Desempeñan un papel fundamental en la gestión de la información, ayudan a las organizaciones y a la sociedad a comprender y apreciar el lenguaje y las actividades de los políticos y las instituciones, y viceversa.
¿Ha ayudado la pandemia a acelerar los procesos en temas de Asuntos Públicos, o todo lo contrario?
La pandemia ha ayudado a muchas organizaciones a entender mejor cuál es el retorno de las relaciones institucionales y asuntos públicos a largo plazo, y confío que hayan entendido la importancia de participar en la vida pública y mantener un diálogo constante y fluido con las administraciones públicas y los decisores políticos, ya que cuando nos enfrentamos a una crisis de estas dimensiones es importante que las organizaciones estén preparadas y sepan a quién dirigirse de manera rápida y eficaz, y que las administraciones públicas o decisores políticos conozcan las preocupaciones de los sectores implicados para poder implementar medidas acorde al mismo.
¿Cuáles son los deberes que tiene que hacer la sociedad española para madurar en esta disciplina, y cuáles los de los políticos?
Es necesario que la sociedad entienda bien qué son los asuntos públicos o el lobby y el beneficio del desarrollo de la actividad para la sociedad en su conjunto, ya que es una actividad que si se efectúa de manera profesional y transparente permite mejorar el proceso de elaboración de las normas y políticas públicas. Hay que dejar de pensar en que el lobby es malo, y pensar en que lo que realmente es malo es desarrollar políticas públicas sin escuchar a las organizaciones implicadas. También es necesario que los políticos se den cuenta de la importancia de dotar a la actividad de mecanismos de transparencia y control, y eso solo será posible a través de la regulación de la actividad.
Y mientras llega la regulación, ¿qué ha hecho APRI para anticiparse al Gobierno?
El Plan de Recuperación de España traerá una enorme proliferación de reformas y normas que en las que participarán los profesionales de los asuntos públicos y en APRI, ante la falta de regulación, hemos actualizado nuestro Código de Autorregulación con una serie de principios y obligaciones dirigidos a todos aquellos dedicados a relacionarse, colaborar o trasladar intereses a las Administraciones Públicas para que lo hagan de una manera ética y transparente. En APRI nos hemos anticipado, ahora le toca el turno de los políticos.
Sobre este y otros temas seguiremos hablando con APRI…