Donde va, triunfa. Así es Iván Redondo. El que fuera director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno de Pedro Sánchez regresó el pasado viernes a San Sebastián para presentar un libro –Moncloa, el arte de lo que no se ve–, que se ha colado entre la lista de los más vendidos. Allí, en su tierra, fue recibido por más de 200 personas que le esperaban deseosas de escuchar los entresijos del Gobierno de coalición, entre otras cuestiones. A la cita, conducida por la periodista Adela González, acudieron representantes de todos los partidos, pues la figura de Iván Redondo trasciende más allá de siglas e ideologías.
Tras reunir a más de 400 personas en Madrid, y otras tantas otras en Barcelona, el donostiarra se dio un baño de masas donde volvió a reiterar que su salida del Ejecutivo fue “voluntaria”. También se refirió a la oferta que Pedro Sánchez le hizo para retenerle a su lado. Según Redondo, el presidente del Gobierno le ofreció ser ministro, pero “no de la presidencia”. Así lo reveló el viernes en San Sebastián acompañado por Toni Bolaño, autor del libro que se presentaba.
Finalmente, declinó la oferta para dedicarse en cuerpo y alma a su mayor pasión: la alta consultoría. Ante la atenta mirada de los presentes dio su opinión sobre la actualidad política. Según Redondo, los jóvenes “digitales” y los boomers pueden llevar a Yolanda Díaz a la Moncloa en las próximas elecciones generales. En frente tendrá a Pedro Sánchez, quien no dará su brazo a torcer. El consultor también se refirió al PSOE, asegurando que ahora mismo es el partido con menor fidelidad electoral. Un hecho que podría decantar la balanza hacia el lado de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo.
Fenómenos como las protestas de los trabajadores del metal en Cádiz también pueden jugar en favor de Yolanda Díaz. Durante la presentación del libro escrito por Toni Bolaño, Iván Redondo quiso hacer hincapié en la fuerza que puede tomar la “izquierda laborista” en una sociedad que, tras la pandemia, “ha cambiado en la calle”. Remarcó, además, que “solo cuatro de cada diez españoles menores de 45 años apoyan la Monarquía”. Con ello, dejó la puerta abierta a una posible reforma de la Constitución.
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